Hace pocos días, buscando información subí al Archivo Histórico Provincial, donde duermen los legajos, atados con cuerdas y apilados, guardan los acontecimientos adormecidos en el ángulo oscuro del olvido esperando ser despertados para la adquisición del dato que pueda reconstruir el acervo nuevo de la Historia de Cuenca. De aquí pasé al Archivo Catedralicio, que junto al Archivo Histórico Provincial podríamos denominar los “Palacios de los tiempos” en cuyas mansiones habitan pletóricos de vida los siglos con sus generaciones de aciertos y desaciertos en sus aspectos políticos, sociales, artísticos y guerreros, archivos atentos y acogedores de sus visitantes a quien nunca reciben mal, proporcionando la información apetecible al investigador que busca, con su paciente entusiasmo la información que a veces se torna en cansancio y desilusión al no encontrar lo que animosamente es buscado.
domingo 04 junio | José María Rodríguez