Cada día que pasa el actual Gobierno de España se supera. Cuando el sufrido ciudadano piensa, con alivio, que ya he escuchado el último disparate de la legislatura, llega alguno de los integrantes de los 22 ministerios que componen el Ejecutivo, la verdad es que a medida que aumentan los cargos públicos en nuestro país también lo hacen, proporcionalmente, las necedades, y nos regala alguna opinión/medida que hace temblar, de nuevo, al más elemental del sentido común.
Hay que reconocer que, entre los constantes despropósitos, un puesto de honor lo ocupa el Ministerio de Igualdad. Un departamento, al que la presidenta madrileña Ayuso se refiere como el de igual da (tenerlo que no a efectos prácticos), que está dejando, para la vergüenza nacional, perlas que costará años y un gran esfuerzo eliminar de nuestras cabezas.
La última ha sido una parrafada de la responsable Irene Montero respecto a las relaciones sexuales entre/con niños. La encendida podemita, que no se olvidaba del ridículo lenguaje inclusivo, defendía con énfasis unos derechos de la infancia que poco o nada se distanciaban de ser interpretados como pederastas. Ahora resulta que, en el ejercicio de la libertad, esa que los izquierdosos predican pero no practican, además de llegar sola y borracha a casa y que te proteja el Espíritu Santo, además de que ten den permiso para poder ir a la playa, a través de un cartel adulterado, de casi llamar a un abogado para que de fe del sí es sí, hay que añadir que les niñes tienen derecho a mantener relaciones sexuales siempre que quieran. Así de fácil. La ministra del Falcon a Nueva York con la cuchipandi se quedaba tan tranquila después de haber formulado semejante afirmación y horas después ante la prensa, acusaba a la ultraderecha de todos los males habidos y por haber, incluso, por supuesto, de sus estupideces.
Los integrantes del Gobierno de España, los peores que hemos sufrido con diferencia en lo que va de democracia, no saben ya qué hacer ni decir para destacar y vencer en estupidez a sus compañeros ministeriales. Empezando por el jefe, conocido internacionalmente como Antonio (Pedro Sánchez) a quien afeaban estos días en un acto en Nueva York que llevara corbata, después de presumir ante España entera que prescindía de esta prenda para ahorrar energía.
El tiempo de este lamentable espectáculo se va agotando, gracias a Dios. Pero aún quedan meses, desgraciadamente, para que este lamentable Gobierno de España continúe regalándonos peligrosas estupideces. Pero, por favor, que dejen a los niños en paz.