La Opinión de Cuenca

Magazine semanal de análisis y opinión

Periodistas

domingo 05 febrero

Ante unas elecciones cruciales como son las próximas municipales y autonómicas del 28 de mayo, la labor de los medios de comunicación se torna más fundamental aún, sobre todo para los políticos gobernantes. Una táctica habitual es incrementar el número de mensajes a trasladar a través de los periodistas, primer escalafón para llegar a los ciudadanos, aunque ya no sea el único. Otro recurso es intensificar el contenido de las promesas y ensalzar logros, sin importar si son ciertos o no. De esta manera, proyectan su irrealidad sobre lo que sí está ocurriendo de verdad, bombardeando y distorsionando una verdad que, en la mayoría de los aspectos, no admite discusión alguna.

Los políticos, por regla general, sonríen a casi la totalidad de los profesionales de la información. Entran confiados en estudios y redacciones intentando demostrar que están satisfechos y con la conciencia muy tranquila por cómo han llevado su gestión, en concreto y ahora, hasta esta recta final de la legislatura. En ese buen humor, en ese colegueo, implícitamente, lanzan otro mensaje. La publicidad institucional, vital para la supervivencia de los medios de comunicación, nacionales, regionales y provinciales, está en juego. Si lo que veo, leo o escucho no es de mi agrado podemos tener un problema. Así de simple y de triste.

Estos días visitaba Cuenca un periodista molesto. A la salida de un acto, se acercaba al alcalde Darío Dolz para preguntarle por el estado de la capital. Suciedad, grafitis, la decadencia de la ciudad y discriminación con respecto al resto de Castilla-La Mancha… nada nuevo bajo el sol ni que los conquenses no aprecien y lamenten en su día a día. Lejos de pararse a responder a este profesional, tal y como es su obligación, el primer edil, escoltado por algún cargo socialista con la misma actitud, continuaba su camino con mal encare, desafiante. Poca cintura para solventar la situación y ningún respeto a la pluralidad informativa. Sin argumentario, mejor no hablo. Y para un canal de información crítico con la gestión socialista, menos, debió pensar el alcalde.

Ya sabemos aquello de la doble vara de medir del Psoe, siempre intentando venderse en el lado bueno de la historia. Claro que cada vez es más difícil. Violadores y malversadores en la calle, corrupción, inyecciones constantes de odio a la sociedad con un daño irreparable a la convivencia de los españoles, paro, precios por las nubes… son solo algunos ejemplos de la gestión socialista en los últimos años.

Parece que a algunos ya, como al alcalde de Cuenca, solo les queda una opción, callarse…


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