Poco podía imaginarse al principio de su legislatura como alcalde de Carboneras de Guadazaón que entre sus cometidos iba a tener que presentar batalla al mismísimo ministro de Fomento del Gobierno de España. Carlos Arteche vive con preocupación y también con intenso dolor, la agresión que tanto a su pueblo como al resto de municipios por los que pasa la línea de ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia están llevando a cabo Renfe y Adif, con el beneplácito del Gobierno de España, y también hay que decirlo, el silencio cómplice de la Junta de Comunidades y de la Diputación Provincial, instituciones que no han sido capaces de recuperar para nuestra provincia los servicios que de este transporte público se han suprimido y, ni mucho menos, pelear por que se mejore.
A los pocos meses de convertirse en el primer edil de su pueblo, Carlos, como el resto de sus compañeros en Ayuntamientos de toda la provincia, tuvo que enfrentarse a la trágica llegada de la pandemia. Ante esta circunstancia también presentó batalla desde el primer momento. Conseguía a comienzos de abril del año pasado que efectivos de la UME desinfectaran la Residencia de Mayores del municipio y se quejaba de la falta de test para detectar la enfermedad y, así, poder tomar medidas. Varias personas habían fallecido la semana anterior y el alcalde no estaba dispuesto a quedarse quieto ante esta situación. Sus reivindicaciones se extendieron durante los días posteriores, en los que siguió reclamando pruebas y medidas para evitar contagios.
Sin perder de vista el coronavirus, Carlos Arteche se encuentra desde hace meses inmerso en otra lucha, la de evitar que el ferrocarril desaparezca de nuestra provincia. Portavoz de la Agrupación ‘Pueblos con el Tren’, el alcalde participa activamente en esta reivindicación, especialmente desde hace un año, cuando se redujeron frecuencias horarias que no se han recuperado. Grave es la merma de servicios, pero lo es más aún que la conexión con Valencia siga interrumpida a causa, según fuentes oficiales, del temporal Filomena que tuvo lugar en enero, hace cinco meses ya.
El alcalde de Carboneras de Guadazaón atiende a los numerosos medios de comunicación que requieren su testimonio. Es consciente de que contra la mal llamada España Vaciada la solución no pasa por recortarle a sus habitantes servicios públicos, sino todo lo contrario, por incentivar, en este caso el transporte, para que nuestros mayores, por ejemplo, puedan desplazarse, los jóvenes ir y volver a centros de estudio y que cualquier persona tenga la posibilidad de hacer uso de un medio ecológico, y sostenible como es el tren.
Una de las ironías, preocupante todo hay que decirlo, que envuelve al grave problema del transporte público en la provincia de Cuenca, en este caso nos centramos en el tren, es que la familia del ministro de Fomento, José Luis Ábalos es originaria de Carboneras de Guadazaón. Tan a gala llevaba su municipio que su propio padre adoptaba el nombre de ‘Carbonerito’ para desempeñar su oficio, ni más ni menos que el de torero. Hoy su hijo desmantela ferroviariamente la tierra de su progenitor y, entre sus logros, si no entra en razón y lo evita, contará con haber sido el artífice de cerrar la estación de Carboneras y también el haber suprimido un transporte centenario y con gran arraigo en Cuenca como es el tren.
Texto: AGA