Uno de los alimentos típicos de nuestra provincia son los zarajos. Siempre precediendo o seguidos del morteruelo y el ajoarriero, cualquier turista que se precie no puede visitarnos sin, al menos, probar alguno de estos tres productos. En La Manchuela conquense, en concreto en el municipio de Villarta, se encuentra Industrias Fergovin, otro ejemplo de buen hacer empresarial que combinan experiencia, progreso y consolidación a través de los años con el haber sabido aprovechar el potencial que ofrece nuestro gran sector agroalimentario.
Más de 25 años lleva Fergovin dedicada a la elaboración de productos cárnicos y a la comercialización de casquería de ovino. Según cuenta la empresa en su propia web, en los inicios su actividad se centraba exclusivamente en la elaboración y distribución del zarajo conquense. En la actualidad este producto es el único que continúa elaborándose de forma tradicional, utilizándose para ello sarmientos de vid totalmente naturales, procedentes de los propios viñedos de la empresa, situados al lado de sus instalaciones, lo que le proporciona al zarajo un sabor muy especial.
Posteriormente, la empresa se abre camino en la elaboración de nuevos productos, apostando por la fabricación de madejas y embuchados de cordero, aumentando así su expansión hacia nuevos mercados.
Tras varios años recogiendo la materia prima de diferentes mataderos a nivel nacional, crea una nueva línea de negocio dentro del sector que se centra en el envasado y distribución de productos de casquería ovina.
Su segunda generación se expande hacia el mercado internacional, estando presente ya en numerosos países, como Grecia, Italia o Turquía. Desde el año 2019, Fergonvi renueva sus instalaciones, contando con una infraestructura más moderna y adecuada a la producción.
Los zarajos se unen al buen vino y al champiñón de una comarca, La Manchuela conquense, especialmente dinámica y emprendedora. La empresa Fergovin evoluciona, pero sus zarajos siguen conservando su esencia más tradicional.