De una veteranas a noveles. Beatriz Palomino afronta ya el final de su primera legislatura como alcaldesa de Vellisca. Esta joven, madre de dos pequeños de cinco años y 18 meses, ha seguido en el negocio familiar, una panadería. Otra vez, y esto si lo tiene en común con su compañera de Montalbanejo, la causa para dar el paso a la política municipal residió en la escasez de candidatos para ocuparse de la alcaldía del pueblo.
Beatriz desarrolla una labor tradicional e imprescindible donde las haya, suministrar el pan a sus vecinos. Pero se muestra rápida al contestar a la pregunta de cual es la primera necesidad que le gustaría tener cubierta para su municipio, “fibra y mejor wi fi”, apunta. Para la alcaldesa, la tecnología es fundamental no solo a la hora de fijar población en los municipios, sino de atraer nuevos pobladores que quieran desarrollar su proyecto profesional en ellos. La pandemia propició que a Vellisca acudiera algún que otro vecino que se ha quedado a vivir. La opción del teletrabajo ha propiciado que desde este pequeño municipio conquense se impartan clases de guitarra y batería on line, por ejemplo. En otros ámbitos, como el de la hostelería, no hay pantalla de ordenador que valga, y, aquí sí, la presencia es fundamental para que el negocio funcione, como el del futuro bar que una pareja tiene previsto abrir en la localidad.
La tranquilidad es la cualidad que más destaca Beatriz de vivir en un pueblo. Reconoce, como desventaja, que “nos faltan algunas cosillas”, pero inmediatamente encuentra la solución, “tenemos a tres cuartos de hora Cuenca y a algo más Madrid”. Eso sí, los desplazamientos hay que realizarlos en coche, porque el transporte público, con el tren cerrado y el autobús poco operativo, otro tipo de viaje se antoja, en estos momentos, impensable.
Hombres y mujeres son la esencia de nuestro mundo rural. Un trabajo en conjunto para defender un modo de vida en el que millones de españoles creen, pero que necesitaría que se escuchara más y mejor a quienes residen en él. Beatriz está de acuerdo en que la labor de las mujeres en general, y en los pueblos no iba a ser diferente, ha pasado de forma más discreta que la de los hombres, pero que hoy en día la realidad se impone y los tiempos también, es decir, que esa unión, de todos, es fundamental para avanzar.
Texto: AGA