Oportunidades como la vivida en la capital hace unos días no hay muchas. El lujo de poder escuchar a varias personas hablar de un tema que, en principio y para quienes no estamos familiarizados con el mismo, se puede tornar algo árido no se presenta de manera habitual. El escritor, y compañero de este digital, Manuel Amores, presentaba recientemente su libro Soldados de Cuenca y sus pueblos. Quienes tengan la suerte de conocer a Manolo, sabrán, de primero, su humildad y prudencia, y, segundo, su excepcional capacidad para bucear y rescatar partes de la historia de Cuenca y su provincia que, sin personas como él, reposarían en las profundidades a las que las condenan el paso de los años.
Manolo recoge y expone. Es curioso y medita. Y, sobre todo, generoso, muy generoso. En La Opinión de Cuenca nos deleita con unos artículos que viajan por toda la geografía conquense y, a modo de Ministerio del Tiempo, por diferentes épocas. En su último libro, el escritor ha sacado de su olvido, o al menos desconocimiento generalizado, a 137 militares de nuestra provincia. Un total de 56 son las localidades de las que un día partieron estos héroes que decidieron servir a España y a los españoles. Sí, esta última afirmación está escrita a conciencia, sin complejos, porque uno nunca debe de avergonzarse de dar lo mejor de sí mismo por su patria y por quienes viven en ella.
La velada contó, como no podía ser de otra manera, con el autor de la obra, Manuel Amores, y con tres espadas difíciles de superar y cuyas intervenciones fueron de lo más instructivas y amenas, el general Félix Sanz Roldán, el también general, de Brigada de la Guardia Civil, Juan Ramos, y el coronel Fernando Antón Bernalte, subdelegado de Defensa en Cuenca. Una, a pesar de su poco contacto con el mundo militar, puede deducir, a bote pronto, que con personas así, al mando de nuestra seguridad en sus diferentes vertientes, podemos estar no solo más que tranquilos, sino también orgullosos. El acto fue conducido, de manera amena y con tablas de sobra, por nuestro también compañero, el periodista Pepe Monreal.
En la presentación del libro aprendimos, por ejemplo, que el desembarco de Alhucemas llevado a cabo por el ejército español a principios del siglo XX en esta ciudad marroquí es una estrategia que se estudia hoy en día en Estados Unidos, que en este país americano, precisamente fue un compatriota nuestro el que descubrió el Gran Cañón de Colorado, que municipios como Almendros, Osa de la Vega, Villar de Cañas, Campillo de Altobuey o Fuentelespino de Haro han contado con héroes militares y que en la capital conquense, hace unos años con la excusa de la controvertida Ley de Memoria Histórica, se dejó sin calle, sería un error que habría que subsanar, precisamente a un militar de los años 20 del siglo pasado. Los años no cuadran…
Manolo ha dado nombre y apellido a decenas de héroes conquenses. Y pueblo, que también es muy importante. Ha impartido su particular y necesaria justicia con la historia, un reconocimiento meritorio que le honra como persona y, por supuesto, como escritor.
Por cierto, de la estupenda velada, salió un encargo. Nada más y nada menos que del general Sanz Roldán. Pidió expresamente a Manuel Amores un libro sobre la participación de militares conquenses en la Guerra de África. Nuestro escritor se quedó pensativo, asimilando el desafío. ¿Cuál será la siguiente y seguro que excepcional sorpresa que nos tiene preparada Manolo? Se aceptan apuestas…
Texto: AGA
Imagen: Portada del libro, Soldados de Cuenca y sus pueblos