Las soberanas urnas y los pactos han provocado que el actual alcalde de Cuenca, Darío Dolz, cuente con otros cuatro años más para cumplir la mayor parte de lo que no ha hecho durante la recién terminada legislatura. Conviene recordar que de su programa, el del 2019, aún está pendiente por ejecutar prácticamente entero, así que el primer edil ya tiene tarea para esta nueva etapa que no lo es: cumplir con lo que prometió en 2019 y, también, con lo que ha dicho que va a hacer hasta 2027. Podríamos afirmar que el socialista va con un programa de retraso sobre lo previsto.
Si hay un acto vandálico que colea desde hace tiempo y sobre el que la indignación de los conquenses aumenta a medida que pasan los días, ese es el de las numerosas pintadas que decoran fachadas de edificios y mobiliario urbano en general. La limpieza de toda esta pintura molesta y de mal gusto ya la prometía Darío Dolz en 2019. Pero dejó pasar las horas, días, semanas y meses. Años también, hasta cuatro.
Ya hemos comentado en varias ocasiones la especial pasión del Ayuntamiento de Cuenca por las pintadas. Primero dejándolas estar, inmune a su fealdad y, segundo, fomentando a los nuevos artistas que quisieran grafitear, sin control, ni espacios habilitados, la capital conquense.
En febrero de 2023, a tres meses de que concluyera la legislatura municipal, el Ayuntamiento de Cuenca se daba cuenta, por lo visto, del problema. Según recogía entonces el Consistorio en su página web, se habilitarán dos programas Recual, que son, explicaban, talleres del Gobierno regional destinados a la recualificación y reciclaje profesional, “a actuaciones de mantenimiento en colegios, por un lado, y a limpieza de grafitis en edificios públicos, por otro”. Es decir, que aquellos otros espacios que tuvieran pintadas, no entraban en los planes del primer edil. En la nota de prensa oficial, Dolz se marcaba las siguientes declaraciones textuales “mantenemos nuestro compromiso de mantener el programa Recual para continuar con las mejoras y solventar las necesidades que tienen nuestros centros educativos, como llevamos haciendo desde el inicio de la legislatura; y duplicamos incluso estas capacidades para afrontar también la limpieza de pintadas y grafitis en edificios públicos, un problema que afrontamos para complementar tanto la limpieza ordinaria de la ciudad como los planes de limpieza intensiva anuales que estamos ejecutando”. Relean estas sabias palabras. Una intención que no ha cumplido, reiteramos, en cuatro años.
La capital conquense sigue dudosamente decorada. Y esto llama a más suciedad y vandalismo. Y, que no nos engañen, esta desafortunada y persistente circunstancia no se da en otras ciudades de España. Intuimos que solucionarlo no debe de ser tan complicado.
Texto: AGA
Imagen: Pared una céntrica zona de Cuenca con pintadas