Querido lector, después de la lluvia, el arcoíris y la tormenta. Casi al final del verano, La Opinión de Cuenca, arranca su nuevo ciclo informativo, con fuerza, ganas, ilusión y sobre todo con la libertad de poder expresarse.
Nos encontramos, en lo que viene siendo, la recta final de este ciclo político. Si alguien andaba despistado, ya se habrá dado cuenta de los viajecitos y demás romerías, como en banda de cormoranes migrando, a las que acuden todos los dirigentes. Fiestas de municipios, bailes, jolgorios y demás cuentos chinos, eso sí a pueblos grandes, donde se puede seguir engañando a más cantidad de votantes, dando una cara, pero luego… ¡ay luego!... son al estilo del Doctor Jekyll y el señor Hyde. Como digo, pueblos pequeños ni los han pisado, ni los van a pisar y ni mucho menos llevar inversiones o solucionar las múltiples carencias que tienen, pero eso sí, la boca se les llena de defender y ayudar a frenar la despoblación ¿verdad, Sra. presidenta, comisionada del Senado para la despoblación?
El gobierno regional de Page y toda su comparsa representativa en todo el entramado gubernativo que posee, junto con la Diputación provincial y Ayuntamiento de Cuenca y, por supuesto, el Gobierno de España, han llevado a Cuenca, y siguen, a todo lo peor.
Haciendo un mero repaso, a lo que viene siendo el tema medioambiental, en esta ocasión, querido lector, voy a referirme a la conservación y cuidado de las áreas recreativas. En Cuenca tenemos varias de ellas, por tamaño y proximidad al núcleo más poblado, es la del “Chantre”, donde se suelen concentrar varios cientos de personas, muchas de ellas en forma de turistas que, desgraciadamente, se están llevando la peor de las impresiones posibles.
Abandono, desidia, dejadez, ¿Cómo puede ser posible, que algo que debiera estar mimado, cuidado y en unas condiciones de salubridad y seguridad, se encuentren esté sumido en unas condiciones tan sumamente avergonzante por el Gobierno de Castilla-La Mancha?, esto no es casualidad sino un cúmulo de 8 años sin invertir ni un solo euro. Luego, eso sí, en propaganda y demás gastos superfluos, despilfarramos lo que no está en los escritos.
Mesas inutilizadas porque han sido engullidas por las malas hierbas, también bancos ausentes por el vandalismo y no repuestos, columpios oxidados, sin cumplir las medidas de seguridad y salubridad para los niños, servicio de limpieza escaso, hasta el punto de que hay temporadas con montañas de basura, la habilitación de una pseudozona de baño, que no lo es y por ende no se realizan los análisis de aguas correspondientes, para garantizar el baño con seguridad. Y suma y sigue…….
Estamos viviendo y eso en innegable, la época más oscura y tenebrosa de la historia de Cuenca, donde hemos retrocedido tanto……que hasta parecería impensable, si no fuera porque es la triste realidad.
El socialismo en las administraciones, está siendo, como un terremoto acompañado de una fuerte sacudida, donde la apertura de una falla, está engullendo todo nuestro bienestar, nuestro tren, nuestro mundo rural. Podríamos pensar que es el fin de la provincia, pero tal vez esto nos sirva para abrir los ojos y luchar por recuperarla, volver a cuidarla, mimarla y darle el valor que se merece. Esto únicamente será posible, y ahora está más claro que nunca, sacando a los socialistas de las instituciones.
“No tengas miedo a equivocarte, solo ten miedo, a repetir los mismo errores”.
Texto: Javier López Salmerón
Sección: El anzuelo del Júcar