No parece que la popular zona del Chantre atraviese, de nuevo, por sus mejores momentos. Resulta sonrojante que este apreciado paraje, tan cercano a la capital presente el deplorable aspecto que recoge la imagen, tomada esta misma semana. Lo del magnífico puente se solucionaba en marzo de 2019, curiosamente antes de la llegada del emperador Valero al Ayuntamiento y Diputación. Pero, como afirmamos reiteradamente, esto es otra historia…
Vaya por delante que la basura no llega al lugar sola. Evidentemente el incivismo de aquellos que pasaron un relajante día de campo y después dejaron allí sus desperdicios es para nota. Pero tras esta mala praxis y falta de respeto hacia nuestro medio ambiente y hacia las personas que sí cumplen con su deber, entran en juego las administraciones. ¿Por qué no hay un servicio de vigilancia en el lugar que obligue a cumplir las normas? Ya que no se disuade ni previene este atentado natural, ¿Qué sentido tiene dejarlo sucio y descuidado y no limpiar inmediatamente, sobre todo tras fines de semana y jornadas festivas? Lo que resulta imperdonable es que un lugar se presente ante lugareños y visitantes de esta guisa, demostrando que lo fundamental para hablar de economía circular, el primer y elemental paso básico, que no es otro que conservar en buen estado lo que ya tenemos, no hay manera de cumplirlo.
Y es que la deuda esencial con la naturaleza de las actuales administraciones sigue siendo selectiva. La basura de los puntos limpios y la depositada en El Chantre parece que no molesta. El perfil de los desperdicios debe de categorizarse como bajo. Mientras, los discursos se llenan de palabras relativas a la provincia de Cuenca como riqueza paisajística, turismo medioambiental, senderismo y incluso se atreven a más, nos intentan encasquetar las famosas ya Vías Verdes, la desoladora experiencia de caminar al lado de lo que fue un ferrocarril que atravesaba nuestra provincia y que han cerrado. En el caso de que esto se lleve a cabo, esperemos que el sentido común se imponga, ¿Quién va a conservar este supuesto reclamo turístico? Las hierbas y la maleza acabarían enterrando cualquier vestigio de que por esta tierra circuló, una vez, un tren…
Mientras lo más sencillo está sin cumplir, algunos viajan a Bruselas, orgullosos y, parece, que con la conciencia tranquila, de lo que están haciendo en y con nuestra provincia. Como Don Quijote con los gigantes, esos algunos y otros perciben una visión distorsionada de la realidad, la exportan e intentan convencer a los ciudadanos de que es lo más a lo que podemos aspirar. Desfachatez versus despoblación. En este particular duelo, no pierde ninguna.
Texto: AGA
Imagen: Esto de El Chantre esta semana