El derribo del muro del Paseo de San Antonio ha supuesto un shock para la mayoría de los conquenses. A pesar de que el alcalde de la capital, Darío Dolz, había anunciado que tenía sus días contados, lo cierto es que el que más y el que menos se resistía a creer que su demolición iba a llevarse a cabo de manera tan rápida. Luego vino la paralización de las obras por orden de un juez y, la verdad, le añadió algo de emoción a la historia… La pared plantaba cara simbólicamente a una afrenta mayor, la verdaderamente importante, que no es otra que el cierre de la línea Madrid-Cuenca-Valencia. Pero poco duró la romántica resistencia. Los tribunales levantaban las medidas cautelares unas horas después y las máquinas se ensañaban con el muro. A primera hora de la mañana de un lunes ya no quedaba nada…
Para ser sinceros, el valor de esta construcción, patrimonialmente hablando, no era para lanzar cohetes. Quizás constituía uno de los elementos de la extensa línea de nuestro tren que menos admiración despertaba y, consecuentemente, su derribo tampoco ha supuesto una gran pérdida. Lo simbólico ya es otra cuestión… Y es que, lamentablemente, con la abrupta caída del muro del Paseo de San Antonio se abre la veda para que el resto de construcciones de la infraestructura ferroviaria deje de existir.
Más de un año, en concreto 14 meses, se cumplen desde que un grupo de alcaldes y asociaciones, pertenecientes a la plataforma Pueblos con el Tren, presentaba en la Subdelegación del Gobierno de Cuenca un escrito dirigido al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. En este expediente, amplio y argumentado, pedían el inicio de los trámites correspondientes para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento, del tramo ferroviario entre Aranjuez y Utiel, en concreto de la línea 310.
Deshacerse de toda la infraestructura del tren no se traduce únicamente en arrancar las vías, que también va en el lote, sino en dejarla morir lentamente. Estamos hablando de un gran número de estaciones, puentes o puntos de interés de valor reconocido y protegido por el propio Gobierno de España a través de la gestora Adif.
A la importancia de contar con un transporte para viajeros sostenible, vertebrador y económico para los usuarios, a que las mercancías puedan viajar entre la capital Madrid y la tercera ciudad española en población y primera por importancia de su puerto, Valencia, por la vía más lógica, a que un potencial monumental y paisajístico como el que recorre la línea del tren tenga la oportunidad de ser explotado turísticamente se une que, ya de por sí, el ferrocarril convencional y gran parte de las infraestructuras que lo rodean son un patrimonio único que las administraciones, Gobierno, Junta y Diputación, deberían de rehabilitar y proteger.
El valor de la línea
El expediente que duerme en el Ministerio recoge ejemplos de los numerosos tesoros que forman parte de la línea de tren que transcurre, entre otras, por la provincia de Cuenca. Comenzamos con la Estación de Ocaña declarada monumento nacional en 1981, el muelle cubierto en Huete, catalogado por Adif como bien inmueble protegido, así como la estación de La Melgosa, el paso superior en el punto kilométrico 157/928, la estación de Carboneras de Guadazaón catalogado por Adif como bien inmueble protegido, el paso superior del punto kilométrico 189/614 y el viaducto de Víllora o de ‘Los Imposibles’. La variante de San Jorge proyectada por Alfonso García Rives en 1938 está definida como de notable interés, así como la del Cabriel y también la estación de Utiel.
“Estamos ante una línea histórica que comenzó a construirse partiendo de Aranjuez el 12 de Julio de 1883, que ha vertebrado un territorio, construido un paisaje y creado una identidad cultural fundamental. Una línea ferroviaria que, además de ser medio de transporte vital para nuestras localidades, constituye un patrimonio cultural identitario fundamental. No solo son los bienes excepcionales histórico-artísticos (tanto reconocidos como por reconocer), es el conjunto de la línea, en la categoría de monumento, lo que buscamos se declare bien de interés cultural”, señala la petición. El texto resalta sobre todo la singularidad y el valor de las estaciones que se reparten a lo largo de la línea “algunas de interés y valor excepcional como Aranjuez, Ontígola actual, Ontígola antigua, Noblejas, Villarrubia de Santiago, Santa Cruz de la Zarza, cargadero de Olcesa, Tarancón, apeadero de Riánsares, Huelves antigua, Huelves actual, Paredes de Melo, Vellisca, Huete, Caracenilla, Castillejo del Romeral, Cuevas de Velasco, Villar del Saz de Navalón, Chillarón, Cuenca, Los Palancares, Cañada del Hoyo, Carboneras de Guadazaón, Arguisuelas, La Grademosa, Yémeda-Cardenete, Víllora, Enguídanos, Mira, Camporrobles, Apeadero de Las Cuevas, Cuevas de Utiel y Utiel” a las que hay que añadir las ya mencionadas de Ocaña, La Melgosa y Carboneras de Guadazaón.
A las estaciones se unen “diferentes puentes históricos y viaductos de notable interés” y se enumeran de manera minuciosa, “Puente del Paseo del Deleite, Puente sobre la Autovía A-40, Puente sobre la autovía A-3, Puente Rio Mayor I, y II, Puente de la Avenida de San Julián, I y II, puente metálico Río Júcar, Puente de Mampostería, tramo metálico camino del Molino hoy Calle Antonio Maura, Puente de la Avenida de Castilla-La Mancha, Viaducto del Royo, túnel artificial del P.K. 167/957, túnel de los Palancares, túnel de las Mentirosas, Viaducto del Vilano, túnel del Rento, túnel artificial, túnel de Colmenares, Puente Río Guadazaón, túnel de San Jorge, Viaducto de San Jorge, Túnel de tejería, túnel de Sargal, Túnel del Conejero, túnel de los Lisos ,túnel de Yémeda, Viaducto de La Hocecilla, Viaducto del Cabriel, túnel del Salto, Viaducto de Víllora o Imposible, túnel de La Olmedilleja, túnel de la Olmedilla, Viaducto de Narboneta o Torre- Quevedo, Túnel del Cerro Carrill, Túnel de Rajapuertos, Viaducto de Mira o Puente de Villa Paz, túnel de Mira, túnel del Pardal, Viaducto de La Rotada o puente los Arenales, túnel de La Cortada”.
La petición de declaración de Bien de Interés Cultural también se centra en “espacios patrimoniales de especial protección por su valor cultural o natural que deberían estar siendo aprovechados para un tren turístico cultural” y apunta “en el P.K. 3/2 la Reserva Natural El Regajal, y Mar de Ontígola con la laguna artificial construida por Juan de Herrera hacia 1572, la Fuente Vieja junto a la Ermita de Jesús de las Cuevas o La Fuente Grande nueva de estilo herreriano de 1573, el Acueducto sobre el Río Riánsares del Trasvase Tajo-Segura que es la mayor obra hidráulica realizada en España, proyectada en 1933 por el ingeniero de caminos Manuel Lorenzo Pardo, la antigua señal Cese de Doble Tracción, el Muelle cubierto de la Estación de Huete. La línea trascurre por el valle del Río Mayor en la Alcarria Conquense, el Paso superior junto a la Estación de La Melgosa, las Torcas de Palancares, que es una formación geológica de gran valor, las lagunas de Cañada del Hoyo próximas a la estación de esta localidad, el edificio de viajeros de Estado de Carboneras de Guadazaón y el paso superior, la variante de San Jorge, la del Cabriel, la línea discurre por la Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel y el viaducto de Víllora”.
En todo ello se suma al valor individual “el conjunto que está en la memoria colectiva de los pueblos por los que discurre y a los que se causaría patrimonialmente un daño irreparable si desaparece. La pérdida, insistimos, no es simplemente económico, sino y por encima de todo representa la pérdida de valor cultural e identitario, que esta realidad histórica ha conformado”, insisten los solicitantes.
La petición de BIC cita el artículo 9 de la Ley de Patrimonio Histórico de 1985, “gozarán de singular protección y tutela los bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español declarados de interés cultural por ministerio de esta Ley o mediante Real Decreto de forma individualizada”. “Este tramo de línea férrea además de contar con una antigüedad importante cuenta con unos valores históricos, artísticos, culturales e identitarios. En suma, nos encontramos con un monumento que cumple al 100% con lo dispuesto en el art. 17 de la Ley 16/1985”, apuntan.
Y así pasan los días. En concreto más de un año y dos meses como señalábamos. La callada por respuesta. El Ministerio confía en el paso del tiempo, que transcurre a su favor, como en los partidos en los que un equipo gana por goleada. Cuanto peor se encuentre el patrimonio, menor será su responsabilidad de salvarlo. Triste pero simple y real. Y abandonar a Cuenca, ya se sabe, no tiene consecuencias, porque, como bien conocemos, los de aquí, los camaradas de la alianza socialista no exigen responsabilidades a sus superiores. Acatan lo que les mandan y si ello conlleva desmantelar poco a poco la provincia, empezando por el tren, pues adelante.
Texto: AGA
Imagen: Estación de ferrocarril de Carboneras, catalogada como bien protegido por ADIF.