Ciertas noticias confirman, cuanto menos, que estamos muy lejos de alcanzar un límite en nuestra capacidad de sorpresa. Esta semana, el sindicato Comisiones Obreras hacía pública una nota de prensa, se puede consultar íntegra en su página web, en la que informaba de una segunda denuncia a la empresa pública Correos por las inadecuadas temperaturas que sufren sus trabajadores en Cuenca.
Apunta la organización que, como corresponde a la época del año en la que nos encontramos, los empleados soportan un ambiente laboral bajo cero. La primera de las quejas ante la Inspección de Trabajo de la capital se realizaba en verano, cuando, evidentemente, quienes desempeñan su labor en la Avenida de la Cruz Roja aguantaban los rigores climáticos estivales.
Huelga decir que resulta incomprensible que haya trabajadores a estas alturas que dependiendo de una empresa estatal no cuenten con climatización en sus oficinas o, en este caso, en la nave industrial en la que desempeñan sus funciones.
Parece que Correos no hace caso de las quejas que, según Comisiones Obreras y la sensatez de cualquiera, “es un flagrante incumplimiento de la normativa sobre condiciones de trabajo en el interior de edificios, y de la ley de prevención de riesgos laborales”. “Estas prácticas son inaceptables en cualquier empresa, mucho más lo son en una empresa pública, cuya gestión es responsabilidad de un Gobierno que se dice progresista y defensor de los derechos de las personas trabajadoras”, añade el sindicato.
Aunque el comunicado de Comisiones Obreras no lo refleja, podríamos añadir que el actual presidente de Correos, Juan Manuel Serrano Quintana, según informaba recientemente la Cadena Cope, cobra la nada despreciable cantidad de 200.000 euros anuales, lo que le sitúa entre los mejor pagados en las empresas públicas españolas. Cabría apuntar que esta cifra es poco menos que indecente para un cargo cuyo sueldo sale del bolsillo de todos los españoles. ¿No tiene Correos dinero para climatizar este centro de trabajo de Cuenca, pero si para pagar estos desorbitados salarios? Por cierto, hace justo un año, la empresa pública fue sancionada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores a pagar 32’6 millones de euros por aplicar un sistema anticompetitivo de descuentos a grandes clientes. Parece que lo de la gestión eficaz tampoco es uno de los fuertes de los directivos de Correos, pese a lo que cobran…
En fin, y volviendo al principio, inconcebible que los trabajadores de Correos tengan que soportar semejantes condiciones laborales. ¿Servirán de algo las denuncias del sindicato? Parece que la veraniega no obtuvo sus frutos. A ver la invernal…
Texto: AGA
Imagen: Centro de trabajo de Correos en Cuenca (Foto CCOO)