Las redes del castillo de Puebla de Almenara nos hacían partícipes estos días de una buena noticia. La fortaleza salía de la lista roja del patrimonio que elabora la asociación de Hispania Nostra. En esta triste relación de inmuebles se recogen aquellos monumentos que corren grave peligro de sufrir un deterioro ya irreversible, de desaparecer como tales, básicamente.
El logro cuenta con unos protagonistas muy definidos. A veces, cuando se da cuenta de este tipo de informaciones, nos centramos en el resultado, digno de celebrar por supuesto, sin entrar en detalles. Como siempre defendemos desde este digital, no conviene perder la perspectiva de lo acontecido para repartir en su justa medida tanto esos logros como por supuesto los reproches y críticas, que también las hay.
Nos centramos, en primer lugar, en quienes apostaron y defendieron siempre, y en especial desde el año 2017 este castillo, el matrimonio Martínez Vara, José y Consuelo, copropietarios de la fortaleza y, por otro lado, el anterior presidente de la Diputación, el popular Benjamín Prieto, quien en su cruzada por salvar y potenciar el patrimonio conquense incluía entre sus planes aquellos inmuebles que estaban bajo una titularidad privada. Sí, que un castillo pertenezca a una familia o a varias no es excusa para dejarlo morir. Siempre y cuando tras la rehabilitación pueda visitarse. ¿En qué se diferenciaban los castillos de La Puebla, el de Saelices o el de Santiaguillo de la Torre del de Belmonte, para que las administraciones públicas no se puedan ocupar de ellos?
Se elaboraba pues, ese año, la llamada ‘Ruta de las Joyas Olvidadas’, algo de lo que nuestra provincia, desgraciadamente, sabe bastante. Se incluían los mencionados castillos de Puebla de Almenara, Saelices y Santiaguillo de la Torre, además de otros 12 inmuebles en los que la Diputación Provincial había intervenido ya desde 2011. Los castillos de Beteta, Monteagudo de las Salinas, Paracuellos de la Vega, el de Moya, Villarejo de Fuentes, la muralla de Uclés o la de Cañete formaban parte de esta propuesta. La recuperación de estos tres ejemplos de patrimonio privado la complementaban y enriquecía, así que en 2018 se cerraba la aprobación de una primera intervención en los inmuebles. Al Castillo de La Puebla se le asignaron 200.000 euros. Un convenio estipulaba, entre otras cuestiones la cesión de su gestión a la Diputación, para que se facilitara, de este modo las visitas turísticas.
Empezada la hazaña, en el primer semestre de 2019, se aprobaba otros 2 millones de euros para invertir en castillos. De esta cantidad, para el de La Puebla de Almenara iban destinados 380.000 euros. Con el cambio de corporación, de la popular a la socialista que preside ahora Chana, llegó la anulación de varios proyectos destinados, sobre todo, al patrimonio y al turismo, y, entre ellos, se paralizaba la rehabilitación de castillos.
Queda claro que han sido los 200.000 euros invertidos en 2018 los que han permitido a esta espectacular fortaleza, la octava en extensión de España, permanecer en pie algún tiempo más. Se consolidaron muros y paños de muralla, trabajado en adarves del castillo, en el paseo de ronda y las caballerizas entre otras actuaciones.
El actual gobierno provincial de la Diputación no ha invertido ni un euro en este castillo y en los escasos cuatro meses que le quedan hasta terminar su legislatura ya no lo va a hacer. Sacará pecho y renta, como viene haciendo más de tres años y medio, sin rubor alguno, de lo conseguido por sus antecesores.
Para ubicar a aquellos menos doctos y tal como señala la asociación Hispania Nostra, “el castillo de Puebla de Almenara, del árabe Al-Manara (lugar de la luz), se alza en la cumbre de la sierra Jarameña, cerca de la localidad de Puebla de Almenara, en Cuenca. La fortaleza actual data del siglo XIV, aunque la primera construcción se llevó a cabo por la Orden de Santiago a finales del s. XII y principios del XIII, al parecer, sobre una edificación árabe anterior. Conserva gran parte de su recinto amurallado, también de la torre del Homenaje, el patio central con aljibe, los sótanos, caballerizas y varios aposentos. Perteneció más tarde a los Mendoza, al Gran Cardenal Mendoza hijo del marqués de Santillana y hermano menor del I Duque del Infantado, época en la cual se supone que termina su construcción. De este modo, sobre una de las torres del edificio, aparece un escudo con las armas de esta familia”.
Solo para empezar, impresiona, al menos, el devenir de este monumento. Sin intención de caer en el desánimo, ni de amargar este rayo de esperanza reciente sobre el castillo de La Puebla de Almenara ¿Cuánto resistirá en esta lista verde? Si no siguen las inversiones, desde luego, que no mucho.
Texto: AGA
Imagen: Castillo de la Puebla de Almenara (Foto Hispania Nostra)