Parece mentira.
Parece mentira, me digo pasmado, que tenga que afirmar lo evidente.
Parece mentira que la realidad sea tan tozuda y que, pese a ello, algunos se empeñen en intentar encubrirla con falacias y trazos gruesos.
Parece mentira, sí, mentira, que pueda defenderse con vehemencia el destrozo de más de cien años de un servicio público y que se deje a una provincia, a sus pueblos y a su capital sin ferrocarril convencional.
Parece mentira que, en lugar de utilizar las vías ya construidas y consolidadas, y de darles un uso adecuado y ecológico, se empeñen en extirparlas, como quien extermina algo con saña sólo por un placer que parece propugnado por el mismísimo Marqués de Sade.
Parece mentira que los que debieran luchar por el bien de Cuenca, vuelvan a elegir un devastador partidismo y prometan más polideportivos mientras que los que ya hay se caen a pedazos. Vaya cantera de deportistas que vamos a tener a este paso… Especialmente los que hagan al trote gorrinero el camino que hasta ahora recorría el tren.
Parece mentira que no se les caiga la cara de pura indecencia a quienes dicen luchar contra la despoblación y sólo trabajan para recrudecerla. Quizá prefieran una provincia de Cuenca cada vez más despoblada para recibir más fondos contra la despoblación.
Parece mentira que, a quienes se les llenaba la boca ante la limitación de servicios públicos en plena crisis de 2008, ahora actúen con una ingenuidad fingida –maldad notoria- frente a lo evidente.
Parece mentira que vuelva a repetirse la historia de siempre y que no seamos capaces de despertar.
Ésta ha sido una semana devastadora para Cuenca en la que me consta que Benjamín, Fran, Paco, José Manuel, Carlos, Dani, José Ramón y Cayetano, entre tantos otros, han seguido luchado por lo que es justo, con profunda tristeza, aunque sin perder la esperanza. Lo seguirán haciendo.
Ha sido ésta una semana en la que sé que estoy en el lado correcto y en la que vuelvo a enorgullecerme de acompañar a quienes defienden nuestra tierra por encima de otros intereses inconfesables.
Parece mentira, estimado lector, que deba escribir estas líneas.
Parece mentira, sí, pero así es.
Texto: Alejandro Pernías Ábalos
Sección: Tertium genus