La mina de Lapis Specularis de Saceda del Río, pedanía de
Huete, ha permanecido siglos oculta. Desde que se dejara su explotación, en
época romana, los vecinos sabían de su existencia, pero no pasaba de formar
parte del anecdotario histórico de la zona. A principios de los 2000 dos
arqueólogos, Juan Carlos Guisado y María José Bernárdez, iniciaban, lo que
podríamos llamar, su rescate reconociendo su valía e interés. El Centro de
Desarrollo Rural, Alcarria Conquense, recogía este testigo y financiaba una
primera intervención, concretamente, en Torrejoncillo del Rey. Fue en 2011
cuando la Diputación Provincial de Cuenca, bajo la presidencia de Benjamín
Prieto y con Francisco Javier Doménech como responsable de Turismo, recordemos
que ahora es el actual alcalde de Huete, cambiaba diametralmente la
distribución económica y el concepto que habían dejado sus antecesores
socialistas para la ejecución del Plan de Mejora de Infraestructuras
Turísticas, Plamit. Estos cambios consistieron, básica y resumidamente, en
aglutinar grandes inversiones en la recuperación de espacios y monumentos de
nuestra provincia, preservando su rico legado y desechando la especie de ‘Plan
E’ que para el reparto de este dinero había planificado el anterior Equipo de
Gobierno provincial.
La Diputación, pues, impulsaba la adecuación y recuperación
de tres minas, la de Torralba y las ya mencionadas de Torrejoncillo del Rey y
Saceda del Río. Fueron 120.000 euros los que se destinaban a esta última y en
2015, en Sábado Santo, abría sus puertas, recibiendo, esa jornada, a nada más y
nada menos, que 492 personas y contando con el propio Doménech como guía. Esta
primera intervención se centraba en la adecuación del entorno para hacerla
visitable, en el vaciado en concreto de dos cavidades, la cueva de Los Cuchillos
y la dedicada a Máximo Parrilla. Se habilitaron escaleras con barandilla, una
esplanada para aparcar y se instalaron puertas de hierro en su acceso.
La mejora en la mina continuaba años después, con otra
inversión de 50.000 euros. Se vaciaban algo más las cavidades, se mejoraba el suelo,
instalándose espejuelo para embellecerlo, y sobre todo y lo más atractivo, se
iluminaban los cuchillos. Las luces han otorgado a esta mina una imagen única.
No es de extrañar que se haya convertido en el recurso turístico más visitado
de Huete. En 2019, sin ir más lejos, pasaron por Saceda del Río casi 4.000
personas.
¿Y ahora qué? Lo que está claro es que una vez salvado,
adaptado e impulsado este recurso turístico, no hay que pararse ni mucho menos
retroceder. Así lo piensa el alcalde de Huete, que ya ha pedido tanto a la
Junta como a la Diputación que acometan la tercera fase de esta mina, que
consistiría en conectar las cavidades de Los Cuchillos y Máximo Parrilla, para
que los visitantes no tengan que salir fuera para realizar el recorrido
completo. No ha obtenido respuesta el primer edil de ninguna de estas
instituciones a su petición, pero este silencio no frena los planes del alcalde
optense, que ya tiene pensado, incluso, a qué va a dedicar la cuarta
intervención en la mina, a crear un especio temático en su entorno con
posibilidades de realizar actividades. Mientras las instituciones provincial y
regional piensan si apuestan o no por una mina que ha demostrado sobradamente
que bien gestionado funciona, el Ayuntamiento costeará, con fondos propios, la
instalación de carteles para enriquecer la información que reciben los turistas.
Una visión de futuro, mirando a nuestro rico pasado romano que nos sigue
brindando oportunidades que hay que aprovechar.