El actual Gobiernjo de España ha emitido para su aprobación el Proyecto de Ley sobre Cambio Climático y Transición Energética`[1]. En el enunciado de dicha Ley aparecen dos conceptos: "Transición Energética" y "Cambio Climático". Comento a continuación algunos contenidos de dicha Ley sobre ambos conceptos.
En cuanto a la transición energética, lo que, desde un punto de vista económico estricto, era un error a principios del siglo XXI es hoy un acierto; se trata del aprovechamiento de la energía solar. Ello es debido a que el costo de los paneles fotovoltaicos se ha reducido más de una décima parte y se espera que se reduzca más. Ahora la producción de la unidad de energía fotovoltaica viene a ser más barata que la producida con combustibles fósiles o nucleares. La transición energética es hoy un fenómeno mundial y su aplicación en España es muy positiva pues ha sido un país energéticamente dependiente. Por otra parte, España es firmante del Acuerdo de París, con el cual se comprometió en el año 2015 con una serie de cumplimentos [2]. Varios artículos de la Ley responden a ese Acuerdo y, en consecuencia, aparte de la complejidad de su análsis técnico, no son discutibles en cuanto a su inclusión en el Proyecto de Ley. No obstante me asaltan dos sensaciones sobre el conjunto de medidas que aporta esta Ley: que no se ha contemplado con suficiente profundidad la transformación física y social que implica esa transición y que no se ha contemplado lo suficiente que el suministro debe ser continuo y, hoy, no hay formas de almacenaje aceptables para las energías renovables.
En cuanto al cambio climático surgen dos reparos importantes.
El primer reparo me parece particularmente grave: esta Ley conlleva un mal ejemplo para la educación en materia científica, con el que pretenden "adoctrinar" con la "verdad incuestionable del cambio climático" a las generaciones futuras en el sistema educativo español, y después continuar ese adoctrinamiento en el ámbito profesional. Ello se muestra el Art. 31 de la Ley. Tal artículo viene a basarse en, primero, que existe consenso en la comunidad científica con la existencia del cambio climático producido por las emisiones humanas de CO2 y, segundo, que la ciencia se construye por consenso. Ambas cosas son falsas. Empezando por lo dicho en segundo lugar, siguiendo un concepto secular de ciencia [3], no existe ningún científico que, según ese concepto, pueda admitir tal cosa: en ciencia aunque se tengan mil pruebas de que una teoría es cierta, siempre ha de ser revisada y, en su caso, falsada [4]. En cuanto a lo primero, se pueden poner numerosos ejemplos de científicos que discrepan con esa idea: McIntyre (Canadá), Manuel Toharia (España), Ivar Giaever (EEUU, Premio Nobel), etc. [5] Es absurdo el pensamiento de que la ciencia se puede construir a través de acuerdos sociales ¿alguien puede pensar que la penicilina o la teoría de la relatividad puede existir como fruto de un acuerdo social o votación? En todo caso, es preocupante que las personas que pueden ser científicos en un futuro y que se pueden encontrar con problemas peores que el actual del coronavirus, se vean abocados a recibir en su etapa docente informaciones científicas que hay que aceptar doctrinalmente, y que además irían acompañadas de sentencia de inmoralidad si se hace alguna crítica sobre ellas. Esto no es nuevo, en la Edad Media se usó la "calurosa" superstición del infierno durante varios siglos con fines, en el fondo, de adoctrinamiento político.
El segundo reparo es sobre los contenidos de una serie de artículos de la Ley que conllevan que en los Planes y Programas de medidas sobre el cambio climático que contempla esta Ley, no exista participación pública (Arts. 15 y 35). Esas medidas generales de los Planes y Programas serían aplicables a proyectos de inversión real concretos y, particularmente, a los de inversiones en infraestructuras, que sí serían sometidos a información pública pero con las condiciones que se han establecido antes en esos Planes y Programas. Parece que, para curarse en salud, el actual Gobierno, crea un Comité de Expertos sobre el Cambio Climático autónomo [6] (Art. 33) para, teóricamente, dar "buenos consejos" que serían introducidos en esos Planes y Programas; en cuanto a su composición, solo se dice en la Ley que ha de ser paritaria, cosa supuestamente inocua sobre los contenidos de los dictámenes futuros de ese Comité.
Es esperable que en la sufrida historia de la implantación de infraestructuras en los territorios más deprimidos de Cuenca y otras provincias con semejantes características socioeconómicas, con esta nueva Ley de autoría socialista, se inventen nuevos obstáculos medioambientales a su implantación que, en este caso, procederían del inclemente cambio climático que se avecina. Puede quedar la extraordinaria esperanza de que la actual ministra Teresa Ribera, siendo coherente con el cambio de nombre de su Ministerio, de "Transición Ecológica y Reto Demográfico", también cambie ella misma, iluminada por la idea del "Reto Demográfico", y haga por anular la demostrablemente chapucera y vergonzosa "Declaración de Impacto Ambiental sobre la Autovía A-40 Cuenca-Teruel" que ella misma firmó en el 2008.
NOTAS:
[1] Se ve en: https://www.congreso.es/public_oficiales/L14/CONG/BOCG/A/BOCG-14-A-19-1.PDF
[2] Este Acuerdo lo firmaron la mayor parte de países. EEUU, bajo la presidencia de Trump, fue una sonada excepción. Hubo países, como China o India, que lo firmaron en términos relativos o condicionales (yo cumpliré tales cosas..., si las circunstancias en mi país dentro de X años son estas...).
[3] Se considera concepto secular de ciencia el incluido en el diccionario de la RAE: "Conjunto de conocimientos obtenidos mediante observación y el razonamiento, sistemáticametne estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente".
[4] Se trata del concepto de Karl Popper. El concepto está recogido aceptablemente por la RAE: "desmentir una hipótesis sobre la base de pruebas y experimentos". Un caso de falsación fue la teoría de la relatividad falsando la newtoniana
[5] Hay muchos más: Dr. Guus Berkhout (Holanda), Geoffrey G. Duffy (Nueva Zelanda, ex-miembro del IPCC), Grupo Clintel (integra a más de 700 científicos). Ivar Giaever perteneció al Panel por el Cambio Climático de la ONU y posteriormente lo abandonó, precisamente, por tener que admitir lo que para él es una inmoralidad científica: que el Cambio Climático es "indiscutible".
[6] El humor es subjetivo, pero, para aquellos que les guste, me parece oportuno incluir un chiste en el que intervienen 3 personas "autónomas"; son un matrimonio, esposo y esposa, y un amigo: del primero: el amigo le pregunta al esposo "¿cómo se tratan los problemas en tu casa?", a lo que contesta "yo me encargo exclusivamente de los asuntos importantes", y "¿cómo sabes qué asuntos son importantes?" -vuelve a inquirir-, a lo que contesta: "eso lo determina mi esposa".
Texto: José Alberto Torrijos Regidor