En la sociedad se producen muchos cambios y en muchos ámbitos: la educación, la ciencia, lo social, lo cultural… es vital y necesario adaptarse a ellos, pues si nuestra forma de actuar y nuestro pensamiento permanecen anquilosados, de poco servirá que todo evolucione. En el sistema educativo, se pueden apreciar la gran diversidad de nuevos ciclos que se han impartido; algunos de ellos, se originan conforme a las necesidades y demandas de la sociedad. Cabe destacar, que uno de ellos ha sido el de integración social.
Si realizamos la pregunta, para qué sirve o qué utilidad tiene estudiar un ciclo superior en integración social, la definición más acertada, sería decir que para ayudar y acompañar a las personas más vulnerables. Sin embargo, no se entiende con claridad este concepto, es más, algunos o algunas se sorprenden o rehúyen porque creen que es indiferente a ellos, o por otro lado, culpabilizan a los afectados de la situación en que se encuentran; ante este fenómeno, no podemos hacer otra cosa qué preguntarnos directamente, ¿De quién es la culpa?
Qué culpa tienen las personas con diversidad funcional sensorial, física intelectual o con enfermedad mental de ser consideradas como no aptas, como diferentes, como inservibles, de vivir día a día la indiferencia, de someterse a muchas barreras arquitectónicas, qué culpa tienen de que los califiquen como no válidos.
Qué culpa tienen las víctimas de violencia de género de ser atacadas, qué culpa tienen de ser vulneradas, de ser indefensas, de no ser escuchadas, de ser asesinadas, en conclusión qué culpa tienen de sentir y conocer lo que es el miedo.
Qué culpa tiene el inmigrante de ser exiliado, qué culpa de ser discriminado, de ser origen de otras razas, de necesitar de la ayuda de los demás, de carecer de oportunidades, de ser el protagonista de las desigualdades y de las equidades, en otras palabras, qué culpa tiene de ser inmigrante.
Qué culpa tienen las prostitutas de ser esclavas , qué culpa tienen de ser repudiadas, de ser engañadas, de ser martirizadas, de ser usadas, en suma, qué culpa tienen de estar desprotegidas y desamparadas.
Qué culpa tiene un niño de ser abandonado, qué culpa tiene de ser maltratado, de no ser escuchado, de ser ignorado, de ser rechazado, de ser utilizado, de no poder protegerse del mundo, en definitiva, qué culpa tiene de no ser señor, del cariño y del amor.
¿De quién es la culpa?
Texto: Catalina Tevar Poveda
Sección: Reflexiones
Imagen: Grupo de compañeros del curso a quienes siempre recordaré.