El desaguisado que en la provincia conquense está causando la supuesta replanificación del transporte público sigue su curso. Si algún optimista pensaba que la alta velocidad se iba a librar de los actuales gobiernos a escala, desde el ámbito municipal al nacional, plagados de ocurrencias y desatinos, andaba muy equivocado. El último regalo, de Renfe a la capital conquense ha sido suprimir la venta de billetes con destino a Alicante. A partir de julio, una fecha nada propicia parece ser para viajar a la costa a juicio de la empresa de ferrocarriles española, cualquier ciudadano que quiera hacer uso del tren rápido para llegar hasta la ciudad valenciana tendrá que buscarse la vida de otra forma, básicamente utilizar el coche y realizar el correspondiente desembolso en carburante, gasolina o gasoil.
A finales de la semana pasada saltaba la noticia. Eran varios diarios levantinos los que alertaban de que no se podía comprar billetes de AVE entre Madrid y Alicante y daban cuenta de las correspondientes quejas de los alcaldes tanto de esta última ciudad como de la de Benidorm, argumentado, lógicamente, el daño incalculable que a la economía de estas dos urbes causaba la decisión. A estas críticas también se unían las del consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, David Pérez quien, según reflejaba el digital Informaciones, calificaba el momento de suprimir la venta como nada oportuno denominando la situación de inaceptable.
Si al optimista al que aludíamos al principio de estas líneas se le hubiera podido ocurrir que los mandatarios de Renfe iban a disculparse por lo que está ocurriendo y, sobre todo, solucionar el problema de manera inmediata, de nuevo andaría equivocado. En un comunicado oficial, que también recogía el mencionado Informaciones, la responsable de los ferrocarriles en nuestro país aseguraba sin pudor alguno que "no ha suspendido la venta de billetes entre Madrid y Alicante". ¿Cómo se denomina entonces a que no se puedan comprar? ¿Por qué se piensan los responsables de Renfe que los ciudadanos van a creerse esta nueva distorsión de la realidad que intentan colarnos?
Desgraciadamente, la provincia de Cuenca está familiarizada con todo tipo de mentiras institucionales. Podemos revivir sin ir más lejos la de Adif, cuando desde enero de 2021 hasta noviembre del mismo mes, sostuvo con cara de póker que en ningún momento se iba a cerrar la línea de tren Madrid-Cuenca-Valencia y que, además, para apoyar esta tesis, se estaban realizando obras de mejora en los tramos que supuestamente la borrasca Filomena había dañado. Nunca hubo una foto que reflejara tales trabajos ni, tampoco, lugares concretos de los mismos ni presupuestos que sostuvieran tal información. La gestora pública ganaba tiempo para que Ayuntamiento de Cuenca, Diputación, Junta de Comunidades y Gobierno de España idearan otro nuevo montaje propagandístico, el xCuenca (lacruzdeCuenca), donde reconocían, al fin, que daban carpetazo a más de un centenar de años de ferrocarril, que dejaban a la provincia como única de España sin tren y que tampoco iban a destinar ni un solo euro de los 24.400 millones de los que disponía el Ejecutivo de Sánchez para realizar las necesarias inversiones. Fin de un capítulo que, afortunadamente, aún no ha terminado ya que Ayuntamientos, asociaciones y plataformas siguen batallando para que Cuenca continúe con su tren, presentando alegaciones a la decisión del Consejo de Ministros de excluir la línea de la red de interés general y rebatiendo las razones que esgrimen desde Madrid como que no es rentable socialmente ¿Dónde están los informes que acreditan tal información? ¿Cómo se aprueba desde el Ministerio de Fomento un plan para revitalizar el transporte de mercancías por tren mientras se cierran las vías de Cuenca? Todo muy coherente. No hace falta recordar a la sociedad en general, aunque a los dirigentes socialistas sí, la privilegiada situación geográfica de la provincia, entre Madrid y Valencia y el partido que se le podría estar sacando a esta circunstancia sin contáramos con una buena gestión periférica y, no digamos, desde dentro de nuestra provincia, si en vez de la complacencia y complicidad de Dolz, Chana y Fernández, las autoridades que se llaman conquenses hubieran plantado cara desde el principio a esta a todas luces discriminación por parte del Gobierno de España y, sobre todo, hubieran aportado ideas y proyectos para que en Cuenca el transporte, tanto de tren como de autobús, porque esta es otra, no supusiera uno de los mayores problemas a los que tienen que hacer frente especialmente quienes viven en los municipios más pequeños y no disponen de coche para desplazarse.
Volviendo al AVE, Madrid-Alicante. ¿Alguien ha leído o escuchado algún reproche firme de la alianza socialista? ¿Han protestado por la inconveniencia que supone no poder comprar billetes? ¿En qué situación se encuentra lo del cambio de estación de la parada de los AVEs que llegan a Madrid de Atocha a Chamartín? ¿Todo conforme con los precios de la Alta Velocidad y del Avlo, que de los 7 euros que prometieron que costaría ha subido hasta los 85?
Podemos continuar preguntado, pero, lamentablemente, las respuestas no acaban de llegar. Aquello de rendir cuentas ante los ciudadanos no cuaja y las maniobras de distracción abundan a medida que pasan los años. Mientras, la asociación de usuarios del AVE de Cuenca, al menos en las últimas semanas, ha rebajado su tono tuitero. De la reunión con la subdelegada del Gobierno, María Luz Fernández, que se produjo el pasado mes de mayo, solo una escueta referencia a modo de gracias por recibirles. Y ya está. Un año y cuatro meses lleva esta plataforma constituida, generosa en reuniones, pero que aún no puede presumir de logros y respuestas tanto a las reivindicaciones que han planteado como a otras muchas carencias de las que hace gala el funcionamiento de la alta velocidad en Cuenca. Ha transcurrido un tiempo más que prudencial para abandonar en parte, la extrema diplomacia y pasar a la acción. Por cierto, quizás no estaría de más que quienes lideran la asociación intensificaran su apoyo al ferrocarril. AVE y tren regional son compatibles y no debemos de olvidar que han sido los gobernantes actuales quienes han intentado enfrentar ambos transportes. No caigamos en la trampa. Autobuses, ferrocarril y alta velocidad. Todo es necesario en Cuenca. Y colectivos sociales activos que luchen por ello, también.
Texto: AGA
Imagen: Estación del AVE en Cuenca