El rio Huécar discurre durante aproximadamente quince kilómetros desde que nace en las cercanías del pueblo de Palomera hasta que vierte sus aguas al Júcar en la ciudad de Cuenca. Tiene fama de tranquilo sin embargo algunas veces enfurece y demuestra la fuerza que tiene cuando baja con gran cantidad de agua tras las tormentas. Los conquenses miraban con precaución a su cauce en el S.XIX porque en más de una ocasión provocó inundaciones. Hace 75 años, el miércoles 13 de agosto de 1947, se registró una riada de tal envergadura que llegó a alcanzar los dos metros de altura en algunas zonas como en la Calle de los Tintes.
El agua llegó, tal y como reflejan las fotografías, hasta las inmediaciones de la actual Plaza de la Constitución y las emergencias tuvieron que utilizar barcas para rescatar a algunos vecinos. Los medios de comunicación de la época se hicieron eco de la triste noticia y reflejaron la correspondiente crónica de lo ocurrido sin que nadie se percatase de la inundación. Ofensiva en su número 544 tituló al día siguiente en su portada “El Huécar desbordado inundó la ciudad” y recogió unas declaraciones del alcalde, José Domínguez, sobre lo ocurrido. En la noticia se dio cuenta de las zonas inundadas, de los daños ocasionados, de las labores de salvamento y también se hacía referencia al desbordamiento del rio Moscas.
Las intensas lluvias arrastraron diversos materiales y eso llevó al peor de los escenarios posibles porque los puentes cegados provocaron el consiguiente desbordamiento del rio Huécar. El Monasterio de la Concepción Franciscana, situado en la Puerta de Valencia, fue uno de los primeros lugares donde entró con fuerza el agua y llegó a alcanzar el 1,70 metros de altura. La peor parte se la llevó la Calle de los Tintes ya que la riada llegó a los 2 metros de altura y provocó numerosos destrozos no sólo en las casas sino también en los diversos establecimientos. Ofensiva publicó días más tarde un amplio reportaje fotográfico de lo ocurrido y se hizo eco de los graves daños provocados también en el Centro Educativo La Sagrada Familia que estaba ubicado antiguamente en la calle Fray Luis de León, conocida por todo el mundo como la Calle del Agua.
Bajo el titular “Quedan en la miseria muchas familias por la inundación del pasado miércoles” se recogían testimonios de personas que lo perdieron todo. Los puestos de fruta, que se ubicaban en esos años junto a la Plaza del Mercado, fueron uno de los más perjudicados. El agua arrasó toda esa zona y una de las personas afectadas mostraba su tristeza por la pérdida de al menos 35.000 melones que acabaron esparcidos por las calles. El cauce del rio Huécar no da ya los sustos que daba hace años e incluso antes de llegar a la ciudad se secaba en determinadas épocas. El problema era ahora otro bien distinto y se llevó a cabo una obra para que llevase siempre caudal al entrar a Cuenca.
Se excavó un túnel para coger el agua de las conducciones que la traían del manantial de la Cueva del Fraile y se vierte al rio a través de una pequeña cascada situada en las inmediaciones del Teatro-Auditorio. El paisaje cambió completamente, desde ese punto hasta su desembocadura en el Júcar en el Puente de Trinidad, ya que se acondicionó con plantas y arbustos para que tuviese otra imagen acorde con una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad.
Texto: Antonio Gómez.
Fotografía. El rio Huécar se salió de su cauce en 1947 y provocó graves inundaciones en la parte baja de la ciudad. (Foto: Luis Pascual).