Los conquenses están preparados ya para honrar en los próximos días a su Patrona y Alcaldesa de honor, la Virgen de la Luz, y así mostrar un año más la devoción por una imagen mariana rodeada de misterio. Cuenca fue reconquistada por el Rey Alfonso VIII el 21 de septiembre de 1177 y entorno a esa fecha se desarrollaron una serie de enigmáticos acontecimientos que lo llevaron al éxito. Uno de ellos tiene como protagonista a uno de los pastores que se encargaba de los rebaños, Martín Alhaja, que vio una noche una luz que oscilaba junto a la orilla del río Júcar.
Intrigado por aquello pudo comprobar que la luz procedía de un candil que sujetaba una mujer que dijo que era la Virgen María y predijo que él tendría un papel fundamental en la reconquista de Cuenca. Días más tarde, las tropas cristianas al mando del Rey Alfonso VIII asaltaron a este pastor, que les contó lo que había visto y les avisó que les ayudaría a entrar en la ciudad. Uno de los lugares por donde salían los rebaños era la actual Puerta de San Juan y, por lo tanto, el plan era engañar al guardián musulmán ciego que cada día se encargaba de palpar las ovejas antes de que entrasen.
Los soldados cristianos se cubrieron con pieles y de esta forma lograron acceder al interior para luego más tarde facilitar que entrase el resto del ejército. El Rey, Alfonso VIII, como señal de agradecimiento mandó construir una ermita bajo la advocación de la Virgen de la Luz. Cuenta la leyenda que durante el asedio a la ciudad él mismo tuvo un sueño donde se le aparecía una virgen oculta en una oquedad de piedra. Su objetivo era buscar lo que había visto y encontró una pequeña cueva en las inmediaciones de la actual parroquia donde había una imagen de la Virgen. Tanto la historia como la leyenda se entrelazan en estos hechos de los que hay varias versiones y sobre los que siempre quedará la duda si ocurrieron en realidad o no.
El próximo 1 de junio celebrarán los conquenses la festividad de su Patrona y Alcaldesa de Honor con diversos actos que organiza la Hermandad de la Virgen de la Luz y entre los que destaca la renovación del voto de la Corporación Municipal. Éste se llevó a cabo por primera vez el 5 de mayo de 1736 por los milagrosos favores obtenidos por la ciudad debido a su intercesión. El Ayuntamiento de Cuenca acordó nombrar el 9 de febrero de 1949 a la Virgen de la Luz como Alcaldesa de Honor, siendo alcalde de la ciudad Jesús Merchante.
Una de las fechas que más se recuerdan en la provincia fue cuando se celebró su Coronación el 1 de junio 1950 ante la presencia de la Virgen de las Angustias y más de ochenta imágenes de numerosas localidades. Un proceso que se iniciaría dos años antes cuando cerca de 8.000 conquenses se dirigieron desde la Iglesia de San Francisco hasta el Palacio Episcopal para solicitar la petición del Privilegio de la Coronación Canónica. Unos años más tarde, en concreto en 1952, el Ayuntamiento presidido por Jesús Moya nombra una comisión para la realización de un grupo escultórico con la imagen de la Patrona de la ciudad.
El lugar elegido para su instalación fue una oquedad que hay en las inmediaciones de la Iglesia Nuestra Señora de la Luz y que puede ser contemplada hoy en día por todos aquellos que cruzan el Puente de San Antón. Los historiadores señalan que en el S.XVIII finalizó la construcción del santuario actual y fue en 1817 cuando el Ayuntamiento pasó a ser propietario de la iglesia. Es obra de Martín de la Aldehuela y fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento en 2015, pero lamentablemente desde el pasado año forma parte de la Lista Roja del Patrimonio que elabora la Asociación Hispania Nostra.
Texto: Antonio Gómez
Fotografía: La devoción por la Virgen de la Luz está presente en las procesiones que se celebran el 1 de junio.