A finales de noviembre del pasado 2018, una de las siete lagunas de Cañada del Hoyo se teñía de rosa. Lo que en algún momento pudo incluso parecer el producto de una broma sin maldad o de una fotografía trucada y viralizada en las redes se convertía en una noticia real, de las que alcanzan los informativos nacionales. Este curioso fenómeno, que volvía a repetirse en 2020, pasaba a ser en un reclamo más de atracción a un paraje único no solo en nuestra provincia. El alcalde de Cañada del Hoyo, Francisco Guadalajara, relata cómo a la pregunta habitual de los visitantes por las Lagunas se une ahora el específico por la de color de rosa.
El primer edil señala que este tipo de atractivos turísticos son fundamentales para municipios como el suyo. El buen tiempo es el mejor de los reclamos para pasear por la naturaleza y más en las circunstancias en las que nos encontramos ahora, en las que son muchas las personas que están optando para sus viajes por destinos al aire libre, evitando aquellos más concurridos. Francisco Guadalajara recuerda los años en los que estaba autorizado el baño, antes de que en 2007 fuera declarado el complejo Monumento Natural y lo que trae aparejada esta figura en cuanto a conservación se refiere.
El color rosa de la Laguna de Las Tortugas es un raro regalo con el que la naturaleza nos ha sorprendido de forma inesperada. La culpable del tono es una bacteria que provoca este color cuando se dan las condiciones meteorológicas propicias. Es efímero y suele producirse en otoño. La ventaja de que este fenómeno tenga lugar en la Serranía Baja de Cuenca y en plena naturaleza es que no ha planteado, según explica el alcalde del municipio, ningún problema ni de masificación ni, por supuesto de organización para visitar el lugar.
Según señala la web www.turismocastillalamancha.es las siete lagunas permanentes y su entorno cuentan con un gran valor ecológico y científico. También destaca este portal la gama de colores del agua que albergan y que varía debido a los microorganismos que en ellas habitan. Eso sí, los matices hasta ahora giraban en torno al azul, verde e incluso negro, pero nunca hasta algo cromáticamente tan atrevido para una laguna como el rosa.
Precisa esta web que las lagunas son en realidad dolinas o torcas de origen kárstico y que se contabilizan siete permanentes y 4 torcas, cada una de ellas recibe un nombre diferente: Laguna de la Cruz o de la Gitana, Laguna del Tejo, el Lagunillo del Tejo, la Laguna de la Parra, la Laguna de la Llana, de las Tortugas y la Laguna de las Cadenillas. La profundidad de las lagunas oscila desde los 4 m. de la laguna de las Tortugas, hasta los 32 m. de la Laguna del Tejo, que posee la anchura máxima con 200 metros.
No sólo el agua es protagonista de este paraje de Cuenca. La flora la componen pinos y sabinas y entre la fauna podemos encontrar arces y tejos, además de anfibios y reptiles. El sendero que no lleva hasta las lagunas poco anticipa al visitante el sobrecogedor paisaje que le espera al llegar a ellas.
El turismo de naturaleza, el de los pequeños pueblos, el de rincones escondidos y únicos cuenta ahora con una oportunidad de reclamar un espacio en los destinos turísticos hasta ahora secundario. En unos momentos de cambio, en los que la nueva normalidad no acaba de llegar y la vieja ha desaparecido, las formas y colores de la naturaleza conquense, incluido el rosa, escalan posiciones.
Texto: AGA
Foto: Laguna rosa de Cañada del Hoyo