Esta semana, la localidad de Cardenete acogía un nuevo acto de exaltación de los logros conseguidos por los actuales gobiernos a raíz de cerrar la línea de tren Madrid-Cuenca-Valencia. La alianza socialista cada día acrecienta su empeño en decorar las carreteras conquenses con autobuses que demuestren que la provincia ha estado más de 100 años equivocada con esto de utilizar, y más recientemente defender, el ferrocarril. Ahora todo se traduce en loas a las cuatro ruedas, necesarias, por supuesto, pero en ningún caso sustitutorias de otro transporte público como es el tren.
La Serranía Baja conquense ha sido, sin duda alguna, la más afectada por la clausura y progresivo desmantelamiento de la infraestructura ferroviaria. La zona, en la que se habían programado inversiones merced al proyecto Serranía en Vía concebido en la pasada legislatura por la Diputación Provincial y suprimido en la actual, seguirá contemplando, desgraciadamente, cómo sus emblemáticas estaciones se caen a pedazos y también cómo la maleza oculta los lugares por los que hace meses circulaban los convoyes transportaban pasajeros.
Como decimos, el plan La Cruz de Cuenca (XCuenca) sigue su marcha y, el pasado lunes, con asistencia de autoridades regionales, del mismo partido cuyos líderes, Bono, Barreda y Page no dudaban hace años en defender el tren, se presentaba en la provincia lo que han denominado Ampliación de las Líneas Regulares de Autobús, un proyecto que, empezando por el nombre, ya presenta alguna inconcreción ya que, no se puede ampliar lo que no existía. Se ponen en funcionamiento las primeras líneas regulares del Plan XCuenca, reza el cartel anunciador. En lo que se intuye un fotomontaje, apreciamos un autobús circulando por una carretera en perfecto estado de conservación, (difícil que sea conquense esta vía) y, en el fondo de la imagen, una idílica puesta de sol.
Resulta curioso el amor y la pasión con la que ahora defienden los políticos que viajan en coche oficial la imposición de que los ciudadanos usemos el autobús y nuestros propios vehículos para desplazarnos. También, cuanto menos interesante, que toda la parafernalia con la que intenta disimular la alianza socialista su insensibilidad en el cierre del tren gire en torno a viajar en otro tipo de tren, esta vez el AVE de la Alta Velocidad y no menos Altos Precios de sus billetes.
Vamos a centrarnos en la línea Cuenca-Mira. Ahora resulta que, si un vecino de esta localidad quiere ir a Madrid, tiene que parar inexcusablemente en Cuenca, hacer trasbordo, lo llama la alianza, tomar un AVE y, así desplazarse a la capital de España. También puede continuar su periplo nuestro viajero desde otro autobús, los de la empresa Avanza, que viajan a la capital de España. Vamos a analizar algunos pequeños inconvenientes que, parece, el entramado de los gobiernos actuales ha pasado por alto.
Para empezar, la expedición más temprana de estos nuevos autobuses no incluye a la localidad de Mira. Si un vecino de este municipio no tiene coche y quiere viajar a estas horas, le es totalmente imposible a no ser que recurra a la ayuda familiar o de amigos que le lleve a Cardenete. El primer autobús, como decimos, parte de este pueblo a las 5’00 horas y llega a Cuenca a las 6:24 horas. Quienes viajen en este servicio, irán con el corazón en un puño, ya que tienen exactamente cuatro minutos para bajarse del autobús, hacerse con la maleta, si llevan, y recorrer la distancia que les separe hasta el tren, que sale a las 6:28 horas. De comprar el billete del AVE en taquilla, ni hablamos. Debe, pues, llevar ya el correspondiente ticket, adquirido on line, o desplazarse previamente a Cuenca, días antes, para comprarlo físicamente. Si nuestro vecino de Mira en cuestión no llega a tiempo al AVE porque el autobús se retrasa, ¿le devuelven el dinero? ¿Cómo regresa nuestro viajero a su pueblo? El primer autobús que vuelve sale de la estación Fernando Zóbel a las 10’20 y llega a su localidad a las 12:07. Recordemos, nuestro vecino de Mira partió de Cardenete a las 5 de la mañana. Si en vez del AVE, optamos por seguir en autobús, llegamos a la estación a las 6:24 horas. El primer servicio hacia Madrid sale hasta las 7:00.
Supongamos que nuestro viajero llega al AVE. Tras haber pasado unas horas en la capital madrileña quiere volver a su pueblo. El último autobús que sale de la Estación del AVE para su municipio, éste si llega a Mira, lo hace a las 19:25 horas. Desde Madrid, nos vendría bien partir en el AVE de las 18’10 de la tarde que llega a Cuenca a las 19’19 horas. Otra vez la misma situación. Cinco minutos para recorrer el andén a ritmo de correcaminos y llegar al bus que, no sabemos, si esperará a la llegada del tren para partir. (Si sigue la filosofía de los urbanos, no lo hará…). Recordemos que el precio del billete del AVE es proporcional a la distancia que hay que recorrer en el andén. Menos caro, más se tiene que andar. Habría que adelantar la vuelta para mayor seguridad, es decir, embarcarnos en el AVE de las 16:30 horas. Llega a Cuenca a las 17:33 y, allí, esperaríamos dos horas en la inhóspita y aburrida estación Fernando Zóbel, poco que hacer dentro y por los alrededores menos. Si volvemos en autobús, la salida de la estación de Cuenca hacia Mira está programada a las 19’05. Para llegar a tiempo habría que dejar Madrid a las 16:30 horas. El trayecto Madrid-Mira nos costaría casi 5 horas de viaje.
Supongamos que nuestro vecino de Mira quiere viajar a Valencia. El primer AVE parte para la ciudad del Turia a las 7:40. El viajero tendría que esperar en Cuenca desde las 6:24 horas que le deja el autobús. En honor a la verdad hay programado otro tren que sale antes de Cuenca, 15 minutos, un Avlo en el que, o normalmente no hay billetes o el precio es incluso más caro que el AVE. En este trayecto el despropósito es aún mayor. Según Google, de Cardenete a Valencia hay 141 kilómetros, a recorrer en coche en 1 hora y 47 minutos. Desde Mira, y según la planificación del transporte, hay que solventar primero los 67 kilómetros que separan la Cuenca de este municipio y, después, los 200 de distancia la capital conquense de la valenciana. Muy lógico.
Como ejemplo del trayecto contrario, de Cuenca a Mira, por citar un ejemplo, podemos salir de Cuenca a las 5:30 de la mañana. Dos horas más tarde, a las 7:27, ya estaríamos en la localidad serrana.
Si nuestro aguerrido viajero eligiera viajar a la única capital de Castilla-La Mancha a donde se puede llegar en AVE desde Cuenca, que es Ciudad Real, llegaría a tiempo de embarcarse en el tren de las 7:28 horas. El problema en esta ocasión son los disparatados precios del billete. Un ida y vuelta supone un coste como mínimo de 121 euros. Si nos quedamos sin billetes en la tarifa básica, que ni es reembomsable ni permite cambiar el horario, pasaríamos a la llamada Elige, donde el billete puede llegar a costarnos hasta 150 euros. Por cierto, antes de reservarlo on line, Renfe nos brinda la oportunidad de pasarnos a Confort por la módica cantidad de 15’5 euros más “disfruta de un asiento XL en tu viaje” nos anima. Un “Lo quiero” en color corporativo violeta nos seduce para clickear en él, mientras que un apagado mensaje debajo y más oculto nos recuerda que podemos viajar en un asiento normal, será talla S o M pinchando en“Elige Estándar”. La misma sugerencia nos aparece para el viaje de vuelta, solo que en este caso el asiento XL nos sale sólo por 13.35 euros. Es decir, que si queremos viajar a Ciudad Real, según Renfe más cómodamente, la expedición puede ascender hasta los casi 180 euros.
Todo este barullo para justificar el cierre del tren. Todo este sinsentido para no invertir en un transporte público vertebrador, económico, necesario y ecológico. Eso sí, tendremos un aparcamiento para bicicletas en el AVE. Para aquellos que quieran llegar hasta la estación en este transporte, maleta y acompañante en sillín o para aquel que quiera disfrutar de los aromas del entorno y darse un paseo por la Fernando Zóbel. Si nuestro vecino de Mira, o alguno de Víllora, Cardenete, Yémeda, Arguisuelas, Carboneras, Cañada, Fuentes, Mohorte, La Melgosa o Cuenca se anima por esta variante de dos ruedas, que sepan que su bicicleta estará a buen recaudo en un cómodo aparcamiento, una vez llegue, sin lo consigue, a su destino. El despropósito continúa.
Texto: AGA
Imagen: Estación de tren de Cuenca, sin transporte desde julio de este año