Pablo Gargallo, Julio Antonio Rodríguez, Victorio Macho, Juan Luis Vasallo, Fernando Fader, Elisa Cendreno… Y la lista podría seguir, pero dicho así dejará indiferente a la gran mayoría de los lectores de este artículo. Estos son los nombres de grandes artistas españoles cuyas ciudades natales han sabido reconocer y poner en valor su valía y su arte. Así Zaragoza, Tarragona, Toledo, Cádiz, Guadalajara y Ciudad Real respectivamente, honran a sus ilustres hijos con Casas Museo que recogen una amplia muestra de su arte para conocimiento, admiración y estudio tanto de visitantes locales como de turistas. Ciudades agradecidas con aquellos que han sido y son los mejores embajadores de cada una de ellas. Las comparaciones a veces son odiosas, pero en este caso son necesarias, porque Cuenca tiene una deuda de honor para con su artista más sobresaliente y laureado, que no es otro más que DON LUIS MARCO PÉREZ.
El artista de Fuentelespino de Moya es uno de los escultores más importantes de España del siglo XX, y así lo avalan los numerosos galardones y méritos obtenidos a lo largo de su carrera. Por destacar uno sólo, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1930 por su obra El Pastor de las Huesas del Vasallo. Esta obra, de una calidad y belleza excepcional, la podemos contemplar y disfrutar en Cuenca en la subida a las Casas Colgadas, en un bello emplazamiento, pero eso sí, sólo de día, ya que carece de toda iluminación que la destacaría dentro de la maravillosa vista nocturna que es nuestra Hoz del Huécar.
Pero la ignominia más grande que los regidores de la ciudad de Cuenca han tenido para con Marco Pérez, es, que casi cuarenta años han pasado desde su muerte, y a día de hoy no tiene un espacio museístico dedicado a su persona dentro del Museo de Cuenca. Y no será por falta de obra suya, ya que Don Luis fue un artista enormemente prolífero, pero, sobre todo, inmensamente generoso, ya que donó gran parte de su obra a Cuenca tras su muerte, obra que se encuentra guardada, no sabemos si a buen recaudo después de tantos años, en los almacenes del Museo de Cuenca.
Años llevamos los conquenses esperando la tan anunciada ampliación del Museo, y años viendo la inoperancia del Ayuntamiento en este asunto. Quizá no estaría de más recordar brevemente la génesis de este museo, y el porqué de su todavía NO AMPLIACIÓN.
El primer lugar que ocupó el Museo fue un edificio del siglo XVIII, el antiguo Pósito del Almudí, de propiedad municipal. Se nombra director a don Martín Almagro Basch, que lo era del Museo Arqueológico Nacional y conservador a don Francisco Suay. Posteriormente, la O. M. de 5 de julio de 1973 (BOE de 3 de agosto) dispone que el Museo Provincial de Cuenca se integre con el nombre de Museo de Cuenca en el Patronato Nacional de Museos, que era un organismo autónomo de la Dirección General de Bellas Artes.
En 1973 se produce el traslado del Museo al actual edificio en la calle Obispo Valero, n.º 12, por cesión municipal para este fin del inmueble, por lo que este pasa a ser propiedad estatal. Tras la supresión del Patronato Nacional de Museos en la Ley de Presupuestos para 1985, el Museo de Cuenca pasó a depender de la Subdirección General de Museos. Paralelamente, se transfería la gestión a la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha según el convenio de transferencia de 24-9-1984, lo que significa que esta se encargaría de su mantenimiento, lo que incluía personal, gastos y pequeñas actuaciones, pero la Administración del Estado conservaba la titularidad y se responsabilizaría de las obras de infraestructuras.
En la actualidad el Museo dispone de dos edificios en el casco histórico de Cuenca, en la calle Obispo Valero n.ºs 12 y 10 que fueron cedidos por el Ayuntamiento al Ministerio de Educación para Museo de Cuenca. Operativo sólo se encuentra el número 12, ya que el número 10 se encuentra en estado de ruina. En el año 2011 la Diputación Provincial de Cuenca intentó conseguir por todos los medios, una ampliación del museo que englobara también el inmueble del número 8 de la calle Obispo Valero, también de propiedad municipal. Para este fin era, y es, indispensable por parte del Ayuntamiento, la cesión del inmueble al estado para poder acometer las obras. Actualmente, ninguna de las corporaciones municipales ha dado este paso, paso sin el cual no se puede acometer la ampliación, ya que la reforma es integral de toda la manzana y para esta intervención se elaboró una memoria de necesidades por 3000m2 de espacio ampliado, que incluía entre otros servicios, una biblioteca. Durante los años 2013 a 2018 se intentó desde la Diputación la cesión por parte del Ayuntamiento, pero el hecho que el inmueble de la calle Obispo Valero estuviera “ocupado”, fue siempre la excusa para no enfrentar y abordar la cesión, hecho que hoy por hoy sigue sin afrontarse. ¿Acaso no tiene un Ayuntamiento como el de Cuenca mecanismos legales para desalojar a unos ocupas? ¿Desidia? ¿Cobardía? El caso es que no se ha hecho. Todo está parado a la espera de este trámite, e incluso el Consorcio tenía bloqueados 3 millones de euros para cofinanciar esta obra. Y digo tenía, porque la desgracia ha querido que el muro de la calle Canónigos se derrumbe y quizá parte de este dinero se destine a las reparaciones de este desastre.
Oportunidades de dedicar otros espacios para nuestros artistas las ha habido, pero los intereses políticos han primado más que el deber hacia lo nuestro y hacia los nuestros…no importa si para traer esas otras obras había que invertir cantidades ingentes de dinero mientras los almacenes municipales están llenos de las obras de nuestros artistas. Me estoy refiriendo a la reforma que se hizo en la iglesia de Santa Cruz para albergar la sección de Bellas Artes del Museo. Actualmente está ocupada por la nada rentable Colección de Roberto Polo, al cual El País en su edición del 23 de abril de 2020 definía como filántropo, coleccionista de arte y expresidiario. ¿Realmente nos podemos permitir esta colección que nos cuesta una millonada cada año?
La obra de Marco Pérez sigue secuestrada en un almacén a la espera de que se le haga justicia. No nos conformamos, pero es de destacar y agradecer tanto el espacio Marco Pérez del Museo de la Semana Santa, como la Casa Museo a Don Luis en su pueblo natal de Fuentelespino de Moya.
Una vez Don Luis Marco Pérez dijo: "Cuenca lo es todo para mí". Así tratamos en Cuenca a los nuestros.
Texto: Ana Martínez
Imagen: Luis Marco Pérez (Autora: Ana Martínez)