Las comparaciones no siempre son odiosas. En numerosas ocasiones sirven para evidenciar criterios y sobre todo acciones. Esta es la historia de uno de los mosaicos romanos más impresionantes de Occidente, situado en un pequeño pueblo de Cuenca y la de una Fundación, venida allende los mares sin oficio ni beneficio. Noheda contra Roberto Polo. Cero euros del Gobierno regional frente a los dos millones que suelta el Ejecutivo de Page todos los años para mantener las obras del cubano afincado en Miami. Ah, y también en Toledo, en un Cigarral por la nada despreciable cifra de 4.000 euros al mes.
El pasado mes de mayo, nuestra compañera Ana Martínez, en su artículo Noheda, David contra Goliat... o las mentiras de la Junta analizaba este extraño fenómeno, que soportamos en la provincia de Cuenca desde hace años. Nuestro particular David es el pueblo de Villar de Domingo García, a cuya cabeza se encuentra su alcalde, Don Francisco Javier Parrilla, el cual ha dedicado ya cerca de 23 años de su vida a luchar por que su pueblo y la comarca en la que se encuentra, sea un lugar digno y referente de la vida en el ámbito rural, al que llegue la prosperidad y la calidad de vida, y que las riquezas naturales y patrimoniales de la zona reviertan en bien y en crecimiento de su pueblo, de la Alcarria y por ende de Cuenca. (…) el hilo conductor de todo él no es otro más que la primacía de los intereses políticos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por encima de la lógica puesta en valor de un bien patrimonial como es el Yacimiento Arqueológico de Noheda, como eje vertebrador y generador de riqueza y prosperidad para la comarca y la provincia…
Ana Martínez continuaba relatando que en junio de 2021, aprovechando la primera visita de Page al Yacimiento de Noheda, Javier Parrilla volvió a reclamar que las administraciones más fuertes y con competencias en Patrimonio, como en este caso la Junta, asuman sus responsabilidades, ya que, a pesar del compromiso adquirido por esta, los costes de mantenimiento, luz y seguridad del yacimiento estaban siendo asumidos íntegramente por el Ayuntamiento del Villar, dinero que se está quitando a los servicios municipales básicos. En julio de 2021, ante la falta de palabra de la Junta, y la situación ya insostenible para el ayuntamiento del Villar que sigue sin recibir un euro, este se ve obligado a anunciar que dará de baja la luz del yacimiento. Ante este comunicado, el vicepresidente de la Junta, el conquense Martínez Guijarro, manifiesta su intención de reunirse con el Ayuntamiento para solucionar el problema sin llegar a tomar la medida de cerrar. Esta reunión tiene lugar a primeros de septiembre. En ese encuentro, la Junta asegura públicamente que sumirá los 16.000 euros que le ha costado al pequeño municipio la apertura de su gran mosaico. Y hasta ahora, Cuenca, su Alcarria y Villar de Domingo García, siguen esperando.
Mientras tanto, a escasos kilómetros, en la capital, todo es opulencia. El actual gobierno socialista regional no escatima en gastos para mantener una más que dudosa fundación de más que cuestionable calidad y, en nada reclamo, para visitar la ciudad. Ya explicábamos también en un artículo publicado en este digital los entresijos de esta gran apuesta que desembarcaba en Cuenca en diciembre de 2020 el coste de la Fundación Colección Roberto Polo para el Gobierno de Castilla-La Mancha oscila entre 1,5 y 2 millones de euros anuales abonados mediante subvención nominativa, un presupuesto claramente superior al coste de cualquier museo provincial de nuestra región. La Fundación Impulsa se encargaba de los pagos hasta el año 2018, lo que propiciaba que conociéramos su desglose, como, por ejemplo, que, en el segundo trimestre de ese año, solo en contratos menores se gastaran 55.590’87 euros. Entre los costes se puede comprobar que el mantenimiento, las obras y los suministros de la residencia privada de Polo corren a cargo de los presupuestos públicos. De los gastos entre 2019 y 2021 no existe transparencia, los conceptos son vagos y contratos menores, además de que los destinatarios, en su mayoría, son allegados a Roberto Polo como quienes se encargan de la página web, la publicidad o la edición de sus catálogos. Pocas explicaciones da la Junta en este sentido, como tampoco conocemos el número de visitantes que acuden al recinto y que, a buen seguro, dejarán bastante que desear. Lo que sí ha trascendido, ha sido los 4.000 euros mensuales que pagamos todos los contribuyentes para que el coleccionista cubano y su marido vivan a cuerpo de rey en Toledo. También abonamos el almacenamiento de su obra en la localidad madrileña de Coslada. Lo de la colección de Polo no es para tanto el propio coleccionista cubano estadounidense ha cifrado el valor de sus obras en 368 millones de euros. La Junta dio por buena la cifra, que se antoja desmesurada con una simple comparativa, el precio de toda la colección Thyssen de Madrid que ascendía a 265 millones de euros, que fue lo que pagó el Estado a la Baronesa Carmen Cervera. Salvando algunas obras excepcionales, la colección Polo no cumple con las expectativas de excepcionalidad que nos han hecho llegar todos estos años desde la Junta de Comunidades. Los escasos nombres de primera fila están representados por obras, precisamente, de segunda (como el Delacroix o el Kandinsky) y de muchos de los grandes nombres (Max Ernst, Man Ray, Pechstein, Schlemmer, Schwitters, Moholy-Nagy) solo cuenta con una. Es netamente inferior a las grandes colecciones privadas de arte del mundo como la Thyssen, la Phillips, la Peggy Guggenheim por no hablar de la Wildenstein, la Geffen, La Pinault, o la Saatchi, todas infinitamente más valiosas.
Su llegada a Castilla-La Mancha fue producto de la casualidad y con la finalidad de golpe de efecto tan de moda en el socialismo regional, el primer contacto del gobierno de Castilla-La Mancha con Polo se produce en 2016, en un acto periodístico al que acude el vicepresidente de la Junta, José Luis Martínez Guijarro. Es en este momento cuando comienza a fraguarse el desembarco de su obra en Cuenca y Toledo. En esta operación fue clave otro conquense, Jesús Carrascosa, ex viceconsejero de Cultura de la Junta Castilla-La Mancha y actualmente director de la Fundación Antonio Pérez que gestiona la Diputación de Cuenca. El equipo de Roberto Polo había intentado con anterioridad que fueran Castilla y León y también Málaga los lugares en los que instalarse, operaciones que finalmente no cuajaron. Los impulsores de la operación siempre fueron Carrascosa y Guijarro. El entonces consejero Felpeto no era muy partidario de la idea, pero no tuvo más remedio que secundar las intenciones de sus superiores. En noviembre de 2016 García-Page ya anunciaba públicamente que una importante colección privada de arte aterrizaría en el Convento de Santa Fe de Toledo. El presidente de la Junta había intentado traer a Toledo una franquicia del Hermitage de San Petersburgo, pero la operación falló y la filial se la quedó Barcelona.
Pues nada, la realidad es esta. Y como resultado podemos concluir que esta comparación acaba siendo, sí, es sumamente odiosa. Por injusta e incomprensible. Por cierto, la Diputación le acaba de conceder una medalla a Polo. Además de la pasta, reconocimientos. Y recochineo. Y los que trabajan en la provincia y sus pueblos, como el alcalde Javier Parrilla, que sigan peleándose con la Junta. Lamentable.
Texto: Ana Martínez/AGA
Imagen: Mosaico de la Villa romana de Noheda, en Villar de Domingo García