Con fecha del 25, puse el oficio que copio: “Los enemigos, cuyas fuerzas consistían en tres mil infantes, ochocientos caballos y cuatro piezas de artillería, han evacuado esta mañana la ciudad de Cuenca y han salido por el camino de Tórtola. Para evitar que durante su mansión en la capital pudiesen hacer correrías en los pueblos inmediatos, dispuse que en Palomera quedasen las cuatro compañías de Granaderos y Cazadores de Badajoz, y cincuenta hombres de tiradores. Y ayer mañana, habiendo salido sesenta caballos de descubierta al Molino de Papel, una guerrilla de infantería de veinte hombres, dependiente de aquel destacamento, los puso en fuga persiguiéndolos hasta cerca de la ciudad. El Batallón de Tiradores, perseguido en su retirada por el puente del Chantre, sufrió la pérdida de algunos hombres prisioneros, que ignoro su número, pues todavía no me ha presentado el comandante de este cuerpo el estado de su fuerza actual. También sufrieron alguna pérdida los escuadrones de Caballería, que también ignoro cuál sea, luego que los cuerpos presenten los estados y fuerza participante a V. E. la que ha sido. El enemigo la ha tenido no pequeña, según noticias, tanto en sus escaramuzas con nuestras guerrillas de Caballería como en el fuego que se le hizo por dos horas desde nuestro retrincheramiento.
Con esta división enemiga venían el gobernador nombrado por el gobierno intruso, el prefecto de la misma y todos los empleados de oficinas que tienen nombrados; y publicaban los enemigos que venían a establecer su gobierno aquí. Atribuyo no haberlo verificado a los movimientos que ha hecho la división por los pueblos inmediatos a la capital y haber esparcido yo las voces de que venía en mi auxilio el Ejército de Aragón.
Todo lo participo a V. E. para su debido conocimiento. Cuando iba a ponerle el membrete con el nombre y apellido de V. S., como acostumbraba, tuve noticia de que V. S. había dejado el mando y por eso lo varié, poniendo Excmo. Sr. general en jefe interino del 2º Ejército. Con la misma fecha puse al teniente coronel don José Salcedo al oficio que sigue:
“Para formar una idea exacta de la jornada del 22 de abril y dar parte a la superioridad, se hace preciso que V. me informe muy circunstanciadamente de todo lo que ocurrió con las tropas de su mando, como igualmente que V. me explique por qué no fue sostenido el destacamento que mandaba el capitán Ximénez, que llegó batiéndose con el enemigo hasta la casa número dos, y por qué no estaban los escuadrones en el camino Real; como igualmente, por qué no verificó la retirada por éste sobre la ciudad, como estaba indicado. Está unido conmigo el teniente don Francisco Portocarrero con algunos soldados del destacamento que estaba en Cabrejas y que anteayer rechazaron al enemigo en el Molino de Papel, con mucha gloria suya, acompañados de algunos soldados del regimiento de Badajoz, a que me contestó con lo que copio: ‘He recibido el oficio de V. S. fecha 25 del corriente (abril) en su cuartel general de Buenache de la Sierra, previniéndome que, para formar una idea exacta de la jornada del 22 y dar parte a la superioridad, se hace preciso informar muy circunstanciadamente a V. S. de lo que ocurrió con las tropas de mi mando, como, igualmente, que haga una explicación de por qué no fue sostenido el destacamento que mandaba el capitán Ximénez, que llegó batiéndose con el enemigo hasta la casa número dos, y por qué no estaban los escuadrones en el camino Real y no verifiqué mi retirada por éste sobre la capital, como estaba indicado’.
Debo contestar a V. S. que cuando, en virtud de sus instrucciones obraba con facultades, noticié a V. S. con fecha de 25 del presente, en Abia, que el enemigo se dirigía en fuerzas considerables a atacar Cuenca, conforme a noticias que creía positivas, remitiéndoselas originales, persuadido yo de ser cierto emprender mi retirada, como me tenía V. S. prevenido en caso de que el enemigo, con la infantería con la idea de situarme a media legua de la capital, dejando en Albaladejito mi destacamento seguro, el que se estableció en Cabrejas. Y, anticipado, mandé al soldado aventurero don José Durán que informase a V. S. pormenor de los datos que tenía para creer sin duda alguna el combinado y meditado plano del enemigo. El mismo Durán me trajo orden de V. S., que la recibí en Albadalejito, de que pasase a ocupar Cólliga y Colliguilla, y observase por aquella parte al enemigo, mandando igualmente cincuenta caballos a las órdenes de un capitán, a Cabrejas. Que replegase, en caso de que el enemigo me cargara, sobre la ciudad.
Verifiqué con la mayor exactitud de cuanto V. S. me previno, y enseguida se me presentó el jefe del estado mayor, marqués de Villacampo, a quien informé de palabra, porque así me lo mandaba V. S., de cuantos antecedentes llevo significados. El enemigo quedó en Horcajada la noche del 21. Verificó una marcha rápida en unión de sus tres armas el 22, no siendo fácil comprenderla, como generalmente ha sucedido. En esta virtud, sorprendió el punto de Villar del Horno, batió y dispersó a Gutiérrez, haciéndolo prisionero, según la voz general, llegando a la venta de Cabrejas en los mismos términos respecto de su velocidad.
La primera noticia que tuve de este suceso fue presentárseme dos oficiales de Gutiérrez que me encontraron con mis escuadrones a caballo, recibiéndolos la guerrilla del alférez tercero, pues entraron por el camino de Abia, que observaba mediante mi posición. “In continenti” (enseguida) di orden a estos oficiales para que pasaran a Cuenca a informar a V. S. pormenor de esta ocurrencia, cuya igual conducta tengo observada en lo general, facilitando a V. S. los conocimientos que justamente debía tener. Enseguida se me notificó por mis paisanos de Cólliga que venía una columna de caballería enemiga entre el camino Real y el gestionado para ello, como es público.
(Continuará...)