La revitalización de los cascos históricos es uno de los grandes retos que tienen los gobernantes y de ahí la necesidad permanente de llevar a cabo proyectos para evitar la despoblación. El Plan Especial de Ordenación, Mejora y Protección del Casco Antiguo de Cuenca y sus Hoces (PECA) entró en vigor hace 20 años y vino a corregir algunos de los problemas detectados. Sus objetivos no eran otros que la recuperación demográfica, la estimulación del comercio, el cambio funcional de los edificios religiosos, impulsar el transporte colectivo así como diseñar las propuestas de peatonalización. Sin embargo, hay aspectos que aún siguen sin solucionarse como es el caso de los accesos a la parte más alta de la ciudad a través de escaleras mecánicas y ascensores pero, a pesar de que hay propuestas sobre la mesa, aún no se materializaron.
El PECA ya estaba previsto en el Plan General de 1976, pero se le dio el impulso definitivo tras las disposiciones incluidas en la Ley de Patrimonio de 1985. Sin embargo, no fue aprobado hasta julio del año 2000 y entró en vigor definitivamente en febrero de 2001. Desde entonces, se introdujeron una serie de cambios que incidían sobre todo en la ocultación del cableado eléctrico y telefónico, en la protección de los Bienes de Interés Cultural (BIC) o en las medidas de los balcones y tejas.
Uno de los aspectos que más llama la atención es que en las fachadas se tenían que emplear colores que asegurasen la integración de las nuevas edificaciones. Con lo cual, se prohibían “los tonos vivos de los colores primarios, así como el negro y los grises oscuros”. Permitiéndose, tal y como viene reflejado en el texto, grises claros y grises azulados entre los colores fríos, y en general cualquier “color caliente siempre que no esté saturado”. No se autorizarían más de dos colores en los revestimientos de la fachada, debiendo aparecer y” justificar la composición cromática en el proyecto básico y de ejecución, a través de documentación fotográfica o por otro procedimiento”. Incluso también se hacía referencia a las bajantes que cuando no fuesen protegidas con material de fundición o empotradas, “irán pintadas en colores entonados con el de la fachada”.
Aparatos de aire acondicionado
El PECA también hace referencia a que los cuerpos salientes de balcones tenían que poseer planta rectangular o compuesta en ángulos rectos y sólo se admite balcón corrido en una de las plantas del edificio. No tenía que exceder del 10% del ancho de calle, sin superar los 0,40 metros y no se permitiría “la colocación de aparatos de aire acondicionado o cualquiera de sus elementos en zonas visibles de fachada”.
Igualmente, no estaba bien visto que las chimeneas y salidas de humos estuviesen adosadas a fachada, tanto metálicas como revestidas de fábrica. Hace hincapié en las bajantes de pluviales que cuando sean exteriores serán ejecutadas en canalón visto de zinc, “con conducciones protegidas con fundición o con hierro”. Respecto a las antenas de radio y televisión señalaban que tenían que ser siempre colectivas y que se prohibían “las antenas individuales y parabólicas en fachadas o balcones”. Se exigirá el enterramiento subterráneo de todas las conducciones eléctricas en alta o baja tensión, así como las de alumbrado público y líneas telefónicas, mediante el respectivo convenio con las compañías suministradoras. EL PECA supuso un antes y un después para revitalizar el Casco Antiguo de la ciudad pero aún queda mucho camino por recorrer.
Texto: Antonio Gómez
Fotografía: Uno de los atractivos turísticos en Cuenca son las coloridas fachadas de la calle Alfonso VIII.