Los últimos plenos que tienen lugar en las instituciones conquenses, Ayuntamiento y Diputación, han pasado a convertirse en un fiel reflejo de la crispación y el descontento general que reina en la actualidad entre los ciudadanos de la capital. Dos datos muy simples, en el consistorio municipal, los debates en torno al tren, el medio de transporte al que una señora del ministerio dio carpetazo sin anestesia el pasado noviembre, eclipsan de lejos el resto de los asuntos municipales, y en el Palacio Provincial, mientras, cierran vallas y puertas ante el descontento de varios sectores de trabajadores, evocando al más puro estilo pre revolución francesa, cuando los soldados del monarca Luis XVI trataban de contener, también tras las rejas de las magníficas instalaciones reales, al pueblo descontento, a aquellos sans-culotte, decisivos, finalmente, en el desarrollo de los acontecimientos históricos del país... Pero volvamos al presente…
El último pleno del Ayuntamiento de Cuenca abría una fisura, a la vez que sembraba una opción esperanzadora, en el devenir de acontecimientos que lleva sufriendo la capital y varios pueblos de la provincia desde que se sospechara y después confirmara que el Gobierno de España iba cerrar la línea ferroviaria Madrid-Cuenca-Valencia. Una moción lograba aglutinar 12 votos a favor de que se llevara a cabo una consulta ciudadana sobre si los conquenses están a favor o no de que se cierre el tren. La parte negativa de este capítulo la firmaban, nuevamente, los concejales socialistas y, curiosamente, la representante de Ciudadanos, que se abstuvieron en este punto. La cuestión quedó en un empate técnico y, consecuentemente y según dictan las normas, no prosperará la petición de votación popular al no haber cosechado la necesaria mayoría absoluta que requieren estos trámites para que prosperen.
Lo cierto es que el temporal no amaina. El cálculo político que los gobernantes socialistas habían llevado a cabo sobre las repercusiones de dejar a Cuenca y su provincia sin tren se ha desbordado. El pasado domingo, el Psoe inundaba la capital con miles de folletos en los que intentaba justificar, de una manera bastante burda y simplista, las bondades del ya famoso xCuenca y, por consiguiente, de la supresión del tren. Fotos en color de una ciudad idílica, llena de rotondas, zonas ajardinadas, aparcamientos y hasta unos jóvenes baloncestistas intentaban vender las bondades de una traición. En contraposición la imagen de una vía del tren en blanco y negro, descolorida, sobre la que se detallaban los horarios suprimidos del ferrocarril que han ido dejando morir, paulatinamente, durante años. Incompresible que quienes trazan esta campaña de lavado de imagen crean que pueden convencer de forma tan básica a los ciudadanos y, sobre todo, cambiar la realidad, así, sin más. El folletín socialista nos regala con generosidad, unidos a la rosa y el puño, logotipos de empresas públicas, que sostenemos todos los españoles con nuestros impuestos, el AVE, Renfe Avant, Renfe Avlo y otros no tan conocidos o de nuevo cuño como Astra Cuenca, Vía Verde Cuenca y A Demanda, un eufemismo, este último, que se traduce simple y llanamente en suprimir las líneas regulares de autobuses. En contraposición, y tras tanta foto, gráfico y logotipos, ni una sola cifra, ni un solo número, ni una fecha que aporte rigor y sobre todo credibilidad a un proyecto, la cruz de Cuenca que podría, por otra parte, ejecutarse, con algún matiz, pero sin cerrar el tren.
El escrache light a Dolz
Entre los últimos acontecimientos, comentado y muy visionado en redes sociales se encuentra el mini episodio de escrache del que era objeto el alcalde de Cuenca, Darío Dolz a su salida de la celebración del Consejo Social. Un grupo de integrantes del Frente Obrero paraban al primer edil en las inmediaciones del Ayuntamiento y, básicamente, le afeaban su supeditación al partido socialista en detrimento de la defensa de los intereses de la capital. “Habláis de la España Vaciada y lo que vais a provocar es que se muera Cuenca, que no haya ni trabajo, ni tren, ni empresas, ni nada” “Nunca habéis hecho nada por arreglar Cuenca” “Vais a ser recordados como los que acabaron con el tren de Cuenca y los que la han destrozado” “¿Para qué eres responsable, para reírte de nosotros?” “Tu representas a Cuenca, no al Psoe. Si te tienes que enfrentar al Psoe te enfrentas” ,“¿Os estáis riendo de nosotros?” “La CEOE y vosotros lo habéis apañado y tu lo estás buscando todo”. “Cuenca no te importa nada, solo te importa la CEOE y los beneficios que se va a llevar con todo esto”. Frases claras y concretas de los pensamientos y el sentir de la mayoría de los ciudadanos conquenses. El alcalde escuchó abrumado a sus interlocutores y solo acertó a pronunciar lo siguiente. “Yo solo quiero que os quede una cosa clara, que el Ayuntamiento no quita nada. A lo mejor lo que ocurre es que lo quitan sin tener en cuenta la opinión del Ayuntamiento de Cuenca”. Impresionante. Ahora resulta que el Ayuntamiento de la ciudad no solo pinta nada en todo este asunto, sino que una mano invisible obliga a votar a los concejales socialistas en contra del tren o lo que es lo mismo a favor de que se cierre y a lavarse las manos cuando se les pide que sean los propios conquenses quienes voten si quieren o no ferrocarril.
Recordemos que el alcalde Darío Dolz y el presidente de la Diputación, Martínez Chana, entre otros cargos como el subdelegado de Cuenca y la delegada de la Junta acompañaron de buen grado a la representante del Ministerio de Transportes cuando acudió a Cuenca el 30 de noviembre del pasado 2021 para cerrar el tren. Recordemos, también, que no se ha visto la firma de ningún cargo socialista en contra de la supresión del ferrocarril, ni pidiendo inversiones en la línea y, mucho menos, han acudido a las manifestaciones públicas en su defensa.
Desde la misma Presidencia del Gobierno, el pasado enero, contestaban a un ciudadano conquense, que se dirigía a la máxima institución del país mostrándole su desacuerdo con el cierre del tren, textualmente que “el Ministerio de Transportes, Adif, la Junta de Comunidades, la Diputación y el Ayuntamiento de Cuenca han acordado(…) suscribir XCuenca, modelo de movilidad alineado con la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico, especialmente diseñado para responder a las particulares necesidades de movilidad de las áreas eminentemente rurales”. La evidencia de la complicidad de las instituciones conquenses en la supresión del ferrocarril ha sido y es más que evidente. Y a quien sirven en realidad los cargos políticos gobernantes en Cuenca, también. ¿Demostrarán en el próximo pleno los concejales socialistas que están a favor de que los ciudadanos y de la defensa del tren? ¿Nos darán la oportunidad de votar? Ya veremos…
Texto: AGA
Imagen: Fachada del Ayuntamiento de Cuenca