De vez en cuando, en nuestra provincia, y con más frecuencia en la capital, aparece extraños fenómenos ligados, sobre todo, al patrimonio. Esta vez le ha tocado al emblemático Puente del Chantre. Repasando la historia reciente del monumento, recordamos el deplorable estado en el que se encontraba hasta que en marzo de 2019 culminaba su recuperación y se le salvaba de un hundimiento más que asegurado. De hecho, figuraba en la Lista Roja de Hispania Nostra antes de las obras que se realizaron.
Hace unos días, aparecían grietas en el puente. Al parecer una deficiencia en las obras, que fueron realizadas por la empresa pública Tragsa, ha motivado que el monumento haya vuelto a requerir una intervención, menos profunda, evidentemente, que la que necesitó hace unos años.
Pero ahora, cualquier persona que quiera pasear por este puente y su entorno se encontrará, en medio del camino, en concreto en ambos extremos de la infraestructura dos generosos bloques de cemento que dificultan el paso. Un paseante solo puede sortear el obstáculo, pero, ¿qué pasa con quienes vayan con niños pequeños en carritos, los mayores con dificultad al andar o las bicicletas? Si quieren cruzar tienen que acercarse peligrosamente a los extremos. Por no hablar si, desgraciadamente, tiene lugar un incendio en el paraje y los equipos para apagar el fuego o los de urgencia tienen que cruzarlo. Ha quedado completamente inutilizado.
En la zona no aparece información alguna con respecto a estos más que antiestéticos bloques de cemento. No se sabe si permanecerán para siempre, si son prohibitivos, disuasorios o incluso piezas ornamentales pertenecientes a alguna corriente artística alternativa…
Si la cuestión es que no se pase por el puente ¿No sirven unos carteles? ¿Nunca más se va a poder cruzar? Otro nuevo desatino con el patrimonio de la capital.
Texto: AGA
Imagen: Bloques en el Puente del Chantre