Carmen Quintanilla es la presidenta nacional de Afammer, Asociación de familias y mujeres del mundo rural. Cuando la España de los 80 despertaba a las modernidades y emigrar a las grandes ciudades era el objetivo de muchos jóvenes, Carmen miró hacia otro lado, al lugar en el que mujeres y hombres, pero sobre todo las primeras, se quedaban calladamente, trabajando como siempre lo habían hecho, con los pies en una tierra, fértil y agradecida en la mayoría de los casos y rebelde en algún otro. Esta ciudadrealeña inquieta y visionaria no pudo permanecer impasible ante una realidad que relegaba al mundo rural a un espacio secundario y a sus mujeres y familias a casi la invisibilidad. Incombustible y con el verbo rendirse fuera de su vocabulario, Carmen comenzó su labor, desde unos cimientos sólidos y, probablemente, ante la incredulidad de muchos, que verían en ella algo de la locura de su paisano Don Quijote. Afammer celebra este año su 40 aniversario. Una efeméride que Carmen dedica a todas sus mujeres, a las que componen esa extensa familia que ha formado y a aquellas que ya no están, pero cuyo trabajo permanece. Reconoce, la presidenta de la asociación, que su labor no ha terminado, que se ha avanzado, y mucho, pero que las mujeres del mundo rural aún necesitan que se impulse todo el potencial que atesoran. Carmen Quintanilla es Afammer, aunque ella, con modestia, huye de protagonismos. Incansable, siempre activa y con su eterna sonrisa, Carmen no ha tocado techo aún. Y las mujeres a las que lidera, tampoco.
Pregunta: Defíname en pocas palabras cual ha sido el mayor logro de esta asociación en sus años de vida, desde que comenzó su labor
Respuesta: Pienso que ha sido crear la mayor organización de mujeres rurales de España y de Europa. Hemos conseguido muchos retos, como es el de visibilizar a la mujer rural o que ser de pueblo esté de moda. A día de hoy, no hay ningún medio de comunicación u organización, que no se haga eco de lo que Afammer ha conseguido estos 40 años, porque ha sido duro pero hemos conseguido dar voz a las mujeres rurales. En definitiva, los logros son muchos, como haber contribuido a conseguir la Ley de Titularidad Compartida en las explotaciones agrarias, que hay que seguir impulsando, o la declaración del 15 de octubre como Día Internacional de la Mujer Rural, un logro de la conferencia de Pekín, donde Afammer estuvo presente e hicimos un llamamiento a las mujeres del mundo. Otro objetivo conseguido ha sido ofrecer formación ‘a la carta’, con cursos que garantizan empleabilidad en un 60%, bien como emprendedoras o como trabajadoras por cuenta ajena en los ámbitos de servicios sociosanitarios o animación cultural. Hay que destacar, en el sector turístico, que el 70% de las casas rurales está en manos de las mujeres. También fuimos reconocidas como organización que lucha contra la violencia de género por el Observatorio de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial, entre otros galardones. Del mismo modo, tenemos en funcionamiento la oficina integral de asesoramiento a las mujeres víctimas de violencia de género, y hemos puesto en marcha la iniciativa ‘Tu farmacia es tu refugio’, en Madrid, para la atención de estas víctimas en los pueblos pequeños. Hemos organizado, igualmente, dos congresos internacionales con el lema ‘La voz de las mujeres rurales en el mundo’, uno inaugurado por el secretario general adjunto de las Naciones Unidas, Babatunde Osotimehin (ya fallecido), y el expresidente Mariano Rajoy. El segundo, que contó con la presencia de ocho ministros de la comunidad internacional, fue clausurado por la Reina Letizia. Tenemos previsto celebrar el tercer cónclave en el 40 aniversario de Afammer.
P:¿Qué diferencias fundamentales existen entre las mujeres del ámbito rural de los años ochenta y las de hoy en día?
R:En aquel entonces la sociedad en general tenía una gran deuda con las mujeres rurales que mantienen la vida en los pueblos. Palabras como igualdad, conciliación, liderazgo, no existían en el mundo rural pero hoy, gracias a la labor de Afammer, hemos roto los estigmas y la invisibilidad de las mujeres. Hoy las mujeres rurales son protagonistas de su propia vida, ellas luchan por romper las brechas que les acechan, como pueden ser la salarial, la digital o los techos de cristal. Estamos hablando de que estas mujeres lideran su vida y pueden arraigar población. Por ello tenemos que protegerlas ya que 2 de cada 3 personas que abandonan el mundo rural son mujeres y esto es lo que verdaderamente debemos evitar.
En definitiva, todo ha cambiado mucho. Recuerdo cuando viajé en el año 84 por primera vez a Bruselas. Llevaba el estigma de ser una cateta, pero al medio minuto perdí ese complejo porque, a pesar de todo, las mujeres rurales queríamos construir nuestra propia historia, tal y como 40 años después hemos conseguido.
P:¿Cree que concienciar a las mujeres de que son vitales en esta sociedad, de que su aportación y trabajo es fundamental, es una de los cometidos más difíciles de su asociación?
R:Indiscutiblemente hoy hablar de mujer rural es hablar del futuro de los pueblos y del futuro de la comunidad internacional. No podemos desperdiciar el 50 por ciento de la sociedad rural, que son mujeres. Para nuestra asociación nunca fue difícil. Cuando nacimos queríamos dar voz a las mujeres rurales y lo hemos conseguido. 40 años de espíritu de sacrifico y de trabajo ha hecho posible el cambio.
P:¿Considera que la perspectiva social de la mujer rural ha cambiado en estos años? En la prensa solemos leer casos de familias que han abandonado la ciudad para irse a vivir a poblaciones…
R: Efectivamente la pandemia ha hecho posible una mirada a lo rural. La sociedad se ha dado cuenta que si había comida en las mesas de las casas españolas es porque el mundo rural mantenía la seguridad alimentaria. Los pueblos son fundamentales, así como mantener la vida en ellos. De hecho, esa mirada a lo rural ha provocado que muchas familias, que son en torno a 17 mil personas en este año, hayan establecido su residencia en muchos pueblos de España. Hemos conseguido cambiar la perspectiva de lo que es el mundo rural. La crisis sanitaria derivada de la terrible pandemia del coronavirus, nos ha hecho darnos cuenta de que tenemos que mirar hacia lo rural porque ahí está la vida saludable, la seguridad alimentaria y poder mantener los valores y el rico patrimonio social, cultural y gastronómico. Además, estamos hablando de la España rural y aquí tienen mucho que decir las mujeres. Porque son las protagonistas, porque son las que rompen la masculinización y pueden cambiar la tendencia de la despoblación. Cuando una mujer se queda en un pueblo, asienta población y cuando encuentra un empleo y se forma, se enriquece a sí misma y a toda la comunidad porque genera sinergias muy positivas para el desarrollo. La principal necesidad es que haya oportunidades y empleo porque los perfiles de mujeres son muchos, desde psicólogas a ingenieras agrónomas o industriales, a cuidadoras o trabajadoras asistenciales. Es el gran reto contra la despoblación. Nosotros estamos contribuyendo a esta necesidad de inserción laboral con una formación a la carta que pusimos en marcha desde los primeros años de Afammer.
P: Sin embargo, la despoblación sigue siendo el problema fundamental de provincias como la de Cuenca. Es un tema complejo, pero ¿Qué primer paso hay que dar para parar este éxodo?
R: Efectivamente, Cuenca es una de las zonas más despobladas de Castilla-La Mancha, pero también Ciudad Real, en la zona de Montiel o Cabañeros así como el centro de Europa, por eso hoy más que nunca, hay que poner en valor lo que ha hecho la Comisión Europea, desde donde se ha contribuido con 20 mil millones de euros para luchar contra la despoblación. Y lo ha hecho una mujer: Ursula Von Der Leyen . Un dinero que debemos aprovechar ya que no hay fórmulas mágicas. Se debe seguir creando empleo, y las mujeres rurales hoy están mejor formadas que nunca. Afammer fue la primera organización que puso en marcha los cursos de manera presencial y online. Quiero poner un ejemplo, con el proyecto “Iluminación Digital” de Endesa hemos llegado a 4.000 personas a las que hemos formado en competencias digitales. De hecho, hemos formado a 180 empresas de pueblos de menos de 5.000 habitantes en el e-comerce, unos cursos de venta online que les permite ser competitivos y poder quedarse en el mundo rural.
P:¿Cómo está afectando la actual crisis económica en especial a las mujeres rurales?
R: Este tipo de crisis les afecta de la misma manera como a cualquier otro ciudadano. Sin embargo. las crisis económicas normalmente llegan más tarde al mundo rural que al urbano porque, sobre todo el abastecimiento del mundo rural es mucho más cercano. Hoy más que nunca hay que decir que la subida de los piensos, combustibles y los abonos está poniendo en peligro la supervivencia de muchas explotaciones agrarias en España. Y hay que establecer medidas económicas y financieras estables para ayudar a nuestros ganaderos que son nuestra seguridad alimentaria.
P: ¿Qué valores destacarías de las mujeres que viven en el ámbito rural?
R: La superación o la valentía que han demostrado a lo largo de su vida. Cuando yo fundé Afammer, las niñas que estudiaban en el medio rural eran muy pocas ya que la filosofía y la cultura de aquel entonces era que los chicos tenían que estudiar, para formar una familia. Gracias a esas mujeres que hoy tienen 70 años, las llamadas abuela feministas, que incitaron a sus hijas para ser universitarias, las jóvenes de hoy en día pueden tener independencia económica y su vida como cualquier persona. Nuestras mujeres han cambiado el mundo rural.
P: ¿Por qué las mujeres han ido acumulando años de invisibilidad sobre todo en los pueblos?
R:Las mujeres no han acumulado estos años de invisibilidad ha sido la sociedad quien las has hecho invisibles, pero hoy podemos decir que gracias a Afammer esto no ocurre. Le puedo reiterar el dato de que el 70 por ciento de las personas que regentan casas de turismo rural son mujeres. Desde ese compromiso del emprendimiento, hemos fomentado el turismo rural, el agroturismo, hemos roto la invisibilidad y hemos dado valor a la mujer rural.
P:Este año, el día de las personas mayores, celebrado el 1 de octubre, se ha dedicado a la mujer rural. ¿Los problemas o las carencias de las mujeres en el mundo rural se acrecientan con la edad?
R:En torno al 20 por ciento de las mujeres mayores de 65 años viven en el mundo rural. Ellas han sido las verdaderas educadoras del mundo rural, ya que cuidaron a sus mayores y a sus hijos. Son mujeres que, además de que sus pensiones son más pequeñas que las de la media española, viven en soledad. Hay que poner en valor esa figura de la mujer mayor en el mundo rural y establecer políticas y estrategias para que esas mujeres no sean olvidadas, como la estrategia nacional contra la soledad que yo presenté en el Congreso de los Diputados en el año 2018.
P: Volvemos a la provincia de Cuenca. Extensa, numerosos municipios, poco poblados, la mayoría. ¿Cree que los gobiernos deberían de realizar un esfuerzo especial en dotar a estas zonas de servicios básicos como una sanidad digna o transporte público?
R: Así debe ser, desde la crisis económica del 2008 se redujo el transporte público entre los pueblos. Si antes tenían dos frecuencias, ahora solo tienen una. Si queremos que la gente viva en el mundo rural debe de tener transporte público igual que, indiscutiblemente, hay que ir hacia políticas sanitarias que lleguen a todos. Afortunadamente la sanidad de España es la mejor del mundo. Posiblemente habrá que establecer parámetros para no cerrar consultorios como se ha hecho y que no se atiendan a la personas mayores online, puesto que muchos de nuestros mayores del mundo rural no saben ni enviar un whatsapp, es necesario que sean atendidos de forma personal.
P:40 años cumple Afammer. ¿Qué significa esta fecha para usted?
R: Toda una vida de nuestra asociación, muchísimos días de sacrificio y trabajo para que hoy podamos estar hablando de Afammer. Significa orgullo sobre todo cuando recuerdo a todas esas mujeres que me ayudaron y ya no están. Significa muchísimos kilómetros e ilusión y sobre todo mucho voluntariado social para poder hablar de la igualdad de la mujeres rurales. Significa no ver crecer a mis hijos y perderme momentos muy importantes con mi familia, pero hoy estoy orgullosa de ser un ejemplo para ellos y de la magnífica asociación que fundé y que hoy es referente en el mundo. Lo volvería a hacer.
P: Miremos al futuro ¿Qué nuevos retos, los más inmediatos, se plantea su asociación
R: Hay muchos retos aún por lograr y conseguir, esto no es de un día para otro o de un año para otro. Debemos cambiar la visión social y eso es quizás lo más complicado. Aun así, quedan muchos como puede ser acabar con las brechas de género (laboral, salarial y digital) de las mujeres rurales a través de la formación para el empleo y el autoempleo, y acciones de sensibilización de la importancia que el empoderamiento femenino tiene en el desarrollo rural. También promover la conciliación y la corresponsabilidad en las familias rurales, porque las tareas de cuidado familiar recaen principalmente en ellas y provoca que las mujeres tengan que renunciar a su carrera profesional o a poder ascender a puestos de responsabilidad. Otro objetico en el que tenemos que seguir trabajando es en romper el silencio en torno a la violencia de género y trabajar para que las víctimas que residen en el medio rural cuenten con los servicios y la protección necesaria para salir de la terrible situación en la que se encuentran. Es fundamental promover la educación y el respeto en igualdad para prevenir la violencia de género en la sociedad rural, especialmente en los jóvenes y erradicar todas las formas de violencia que se ejercen contra la mujer.
P: Aunque los tiempos cambien, 40 años ha dado para mucho en España. De esos valores positivos de los que hablábamos antes, ¿Cuál especialmente no podemos perder ni ignorar?
R: La lucha y la constancia que tuvieron y tienen las mujeres rurales, la conciencia de seguir creciendo, de seguir adelante pese a las adversidades
P: ¿Se puede concebir Afammer sin Carmen Quintanilla?
R: Por supuesto que hay AFAMMER sin Carmen Quintanilla. Al final yo soy una más de las 200.000 mujeres que hoy forman Afammer. Es cierto que al final tienes el deber y el derecho de luchar y afrontar cualquier adversidad por Afammer pero claro que hay futuro y espero que sea muy muy prometedor.
P: ¿Y a Carmen sin Afammer?
R: Eso es más difícil. Afammer es una parte muy importante de mi vida y nunca dejará de serlo. Por este motivo siempre, de una forma u otra, estaré ahí, sea como sea, pero constantemente luchando y colaborando por conseguir que siga creciendo una organización que fue pionera en España en el asociacionismo de las mujeres rurales.
P: Por último, un deseo de Carmen Quintanilla, para un futuro inmediato, destinado a sus miles de mujeres de toda España.
R: Que sigan creciendo amando y apostando por su mundo rural para que no desaparezca. Es lo que más deseo, lo que más quiero y lo que realmente me gustaría que pasase, que los pueblos vuelvan a cobrar vida y la gente sea consciente de la riqueza de nuestras zonas rurales. El futuro del mundo rural esta en las manos de hombres y mujeres en los valores de cooperación y de confianza, porque el cambio no solo es posible si no que es necesario.
Texto: AGA
Imágenes de Carmen Quintanilla. En una de ellas, acompañada por la Reina Letizia.