Antonio Gómez
El historiador, Julio Chocano, afirma que no se tenía constancia de ellos en la localidad y que eran cantados por los mozos en 1860, según testimonio manuscrito de Hartzenbusch.
El canto del mayo es una tradición popular que se celebra la noche del 30 de abril al 1 de mayo que se asocia al momento en el que la tierra está lista para ofrecer una nueva cosecha. Estos tradicionales versos cobran más fuerza, si cabe, en la localidad conquense de Uclés ya que, recientemente, han salido a la luz unos mayos del siglo XIX, de los que ya no se tenían referencias en el pueblo y que dormían en la Biblioteca Nacional. “Enojado abril se ha ido/porque se despide mayo,/que todos los años llega/ a dar la fe de enamorados” es una de las coplillas que cantaban los ucleseños, allá por 1860, y que documentó en su día el dramaturgo Juan Eugenio Hartzenbusch.
La vida está llena de casualidades que no están al alcance de todos y puede dar fe de eso el investigador y folclorista, Julio Chocano, que los descubrió inesperadamente en uno de sus viajes a Madrid. El azar o el espíritu de Hartzenbusch -como él mismo manifiesta- llamó a su puerta cuando, en su afán por conocer el peculiar mundo de los mayos se adentró en la Sala Cervantes de la Biblioteca Nacional. Allí pudo examinar el original de un cuadernillo, que estaba catalogado como “Mayos de Velés”. Las esbeltas letras del manuscrito invitaban a la confusión ya que, en realidad, lo que Harztenbusch había escrito era “Mayos de Uclés”. Ese descubrimiento se debió a la presencia en la sala de Rafael González Cañal, director del departamento de Filología Hispánica, de la Facultad de Letras de la UCLM, que supo descifrar la letra del literato decimonónico.
Confiesa Chocano que con este hallazgo se llevó una gran alegría porque “ante mí tenía unas coplas que estaban escritas de puño y letra por el propio Hartzenbusch”, que murió en 1880. Sus ojos pudieron leer versos como “Tu boca, nariz y cejas ni/ tu frente del sol dorado/ son esmaltes que engrandecen/al Autor que te ha criado”. En el manuscrito también venía reflejada la fórmula en la que los mozos de la época “echaban” el mayo. En este caso, aparecían los nombres de ellos tal como viene reflejado en la copla “Fulana de tal, admite/con afecto y con primor/ a Fulano de tal por Mayo/que te ofrece el corazón”.
Cantarlos en el futuro
Chocano afirma que, posteriormente, se puso en contacto con la concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Uclés, Ana María Gálvez, “que me confirmó que no tenían constancia de estos mayos así que espero que sean recuperados para que les pongamos música y puedan ser cantados”. La provincia de Cuenca está relacionada con el autor del manuscrito, Juan Eugenio Hartzenbusch, ya que vivió, con su padre y su hermano, durante unos años en la localidad de Valparaíso de Abajo. Las coincidencias no acaban ahí porque cuando Chocano celebró una cena en Madrid, con antiguos compañeros del Colegio Mayor Chaminade, se hospedó en un hotel de la calle Leganitos y, precisamente, en esa misma calle, a escasos metros del hotel está documentado el fallecimiento del propio Hartzenbusch. Algo que, en opinión del folclorista, “No es una casualidad porque creo que estaba predestinado a descubrir esos mayos. Es como si su espíritu me hubiese guiado para encontrarlos”. El Ayuntamiento de Uclés tenía previsto presentar este hallazgo el 9 de mayo de 2020 pero, debido a la aparición de la pandemia, tuvo que suspenderse la conferencia. Los ucleseños tendrán que esperar un poco más para que estos nuevos mayos, que han estado en el olvido durante 160 años, vuelvan a ser cantados.
Fotos: Julio Cochano, Manuscrito Hartzenbusch que recoge los mayos de Uclés del año 1860.