Es una variedad de conservación y rehabilitación del Patrimonio con el que cuenta la capital conquense bastante surrealista. Edificio emblemático en una ciudad Patrimonio de la Humanidad en un estado de ruina y el Consistorio, en vez de asumir responsabilidades y negociar con los propietarios cualquier fórmula que suponga la salvación de este inmueble va y les multa con 15.000 euros. La decisión no deja de ser realmente peculiar, porque el término de esta historia está cada vez más próximo y claro, es decir, que este edificio acabará más pronto que tarde, por los suelos.
Este inmueble volvía a la actualidad porque hace un par de semanas ingresaba en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra. Con él ya suma la provincia 14 monumentos en deplorable estado y con un riesgo claro de que los daños que siguen sumando propicien que desaparezcan.
Los propietarios del inmueble (el ayuntamiento de la ciudad desde 1943 y la Fundación Sánchez Vera desde 2009), nunca han realizado el mantenimiento regular y necesario del edificio, con su deterioro actual como consecuencia. Del mismo modo, tampoco han propuesto nunca un proyecto de su restauración y/o rehabilitación. Por último, la Fundación Sánchez Vera ha pedido permiso para la demolición del edificio y así construir uno nuevo. Ese expediente está en curso. El valor de este inmueble reside en que es representativo de la transición entre la Cuenca antigua y la moderna, ya que su ubicación, en la calle de los Tintes, se encuentra entre el casco histórico de la ciudad y la parte más moderna, junto al río Huécar. Esta calle es conocida porque es donde, tradicionalmente, los artesanos tenían el taller para elaborar sus colores. Se trata de un edificio popular de viviendas de construcción tradicional realizada con piedra, cal y madera con tejas de barro cocido y elementos de hierro. El inmueble se sitúa dentro de los límites de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad en 1996. Es de gran importancia por su singular arquitectura modesta conquense y por su ubicación. Está situado al lado del rio Huécar, que está por fuera de la Ciudad Alta, como enlace entre esta y la histórica Ciudad Baja. Es el único edificio en Cuenca con este estilo de fachada policromada, simulando un aparejo de sillería, explicaba Hispania Nostra en su página web, justificando la entrada de este edificio en esta deprimente lista.
Está claro que el Ayuntamiento de Cuenca, y en especial su concejal de Cultura, el emperador Valero, han optado por la fórmula más fácil, la de lavarse las manos y desentenderse del problema. A este edil, qué duda cabe, le gustan más las fotos y los artículos en prensa en los que presume de descubrimientos, aunque no sean suyos, que las imágenes al lado de los monumentos que necesitan dinero de las administraciones, de las dos en las que tiene responsabilidades y maneja fondos públicos, el Ayuntamiento conquense y la Diputación de Cuenca.
Recordamos, por si a alguien se le olvida, las 14 joyas en peligro en la provincia de Cuenca. Edificio Calle de Los Tintes en Cuenca, las Minas Romanas de Salinas del Manzano, el Arco de Jamete, en la capital, la Iglesia de la Virgen de la Luz, también en Cuenca, la Casa Sandoval en Pozoamargo, el Castillo Santiago de la Torre, (en cuya recuperación se está esmerando de una manera loable el Ayuntamiento de El Provencio) la Casa de los Linajes de los Salcedo, en Huete, el Hospital de San Andrés en Belmonte, la Iglesia del Antiguo Colegio de Jesuitas en Huete, el Palacio de Los Gosálvez, en el término municipal de Casas de Benítez, el Convento de Nuestra Señora del Rosal, situado en Priego, el Castillo de Haro, en Villaescusa, el Castillejo de Luján en Saelices y el de de La Puebla de Almenara.
A ver cuando nos deparan una buena noticia…
Texto: AGA
Imagen: Edificio de la Calle Los Tintes