Siguiendo con el documento analizado sobre la herrería que hubo en Vadillos y los problemas territoriales hago notar que don Felipe Tercero dio la provisión sobre la merced que se hizo a Carlos de Arellano, su caballerizo, que fue firmada en Madrid el 22 de diciembre de 1606. En ella se hace referencia al “yerro albero, y otros cualesquier metales y minas y tierra de valor que se descubrieren en la villa de Molina y su tierra con ocho leguas alrededor en lugar". Aunque no era así exactamente ya que no incluía “oro, plata, ni azogue”.
Los mineros estaban obligados a pagar a la corte la octava parte del aprovechamiento, y así se hacía tal y como había hecho antes el fallecido Diego de Urríes. Catalina Guevara Enríquez estuvo casada con Diego de Urríes. Se confirma la merced el 21 de junio de 1608 en favor de este matrimonio y los descendientes del mismo “varones y en vuestras hijas para que ellos y ellas” lo tuviesen por vía y mayorazgo de doña Catalina Guevara Enríquez.
En una carta se lee fechada en el Escorial, 2 de septiembre de 1613, cuando Cervantes aún estaba en la Sierra: “las ocho leguas en contorno contenidas y declaradas se hubiesen de contar, entender y computar, desde la tierra de la dicha villa de Molina … / … cuyo tenor es el siguiente= Don Felipe Tercero por una nuestra carta y provisión firmada de nuestra mano dada en Madrid a 22 de diciembre de 1606 hicimos merced a don Carlos de Arellano, para en toda dicha vida de los mineros de yerro acero y otros cualesquier metales y minas y tierra de valor descubiertas y que se descubrieran en la villa de Molina y su tierra con ocho leguas alrededor en lugar y por fallecimiento de Diego de Urríes que tenía merced de ella” y ahora en el documento se insiste en algo muy interesante: “con que no se entendiese ni extendiese a mineros de oro plata y azogue por cuanto por premáticas nuestras teníamos revocadas las mercedes que de esto estaban hechas, reservándolas como las reservamos para nos y para nuestra corona Real.”
Se obligaba a Carlos de Arellano y sus sucesores a pagar a los reyes que gobernasen la octava parte del aprovechamiento. Se perpetuaba esta merced en “los hijos descendientes legítimos del dicho matrimonio varones y hembras para que vos y ellos lo tuviesedes y tuviesen por vía y titulo de mayorazgo el cual hubiese de andar y anduviese junto con el de la dicha doña Catalina de Guevara y Enríquez”. A falta de descendencia debería de volver a la Corona Real.
Se hace referencia al oro, que debió de ser abundante en la zona. Entre otros, Lope de Vega o Cervantes en sus escritos mencionan el oro del Tajo. De esa época en que se extraía aún quedan nombres, uno da nombre a una ruta conocida como “Orotajo”, que también es una zona de pesca cercana a Huerta Pelayo.
(Continuará…)
Texto: Jesús Fuero Espejo
Imagen: Felipe III (Real Academia de la Historia)