Mas bien los usuarios de este transporte. Según publicaba estos días CMM, asociaciones de toda España, entre las que se incluye la de Cuenca han dirigido al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) un escrito en el que le reclaman mejoras en los servicios de los trenes de Alta Velocidad.
Esta protesta es especialmente significativa por lo que se refiere a la capital conquense. Recordemos que nuestra provincia es la única de España sin ferrocarril y que las autoridades encargadas de su cierre, desde el Gobierno Central hasta el Ayuntamiento de Cuenca, pasando por Junta y Diputación, apostaron un todo o nada al AVE, es decir, “os dejamos sin tren, pero no os preocupéis que mejoraremos y abarataremos sus precios” vinieron a vender. Lo de su paso por los pueblos que se han quedado sin este transporte público, Huete, Carboneras, Arguisuelas, Víllora, Tarancón o Cañada del Hoyo, entre otros, ya era más difícil de solucionar y de explicar.
Bueno, pues parece que, como decimos, los viajeros habituales del AVE no están del todo contentos con la situación actual. Las peticiones son ya ancestrales, es decir, se remontan casi al inicio de su llegada a Cuenca. Al principio, los primeros años, había que darle una oportunidad, tener paciencia, pero claro, ahora ya… Centrándonos en las demandas lo que básicamente piden los usuarios más asiduos de la Alta Velocidad son mejores tarifas, mayor flexibilidad en los abonos y, por supuesto, horarios adecuados a las necesidades de quienes trabajan en una ciudad y residen en otra. En este punto habría que añadir, con respecto a los precios de los billetes, que siguen siendo un auténtico sablazo, tanto para aquellos que viajan con frecuencia como para los que no lo hacen.
Volvemos a la capital conquense. Como decimos, se ha convertido en toda una osadía económica viajar a Madrid o a Valencia, tal y como está el ticket, los salarios y el precio de la vida en general, pero en Cuenca contamos con el agravante de que el llegar o volver de la estación Fernando Zóbel tampoco es tarea fácil. La escasa frecuencia, inseguridad en sus horarios, limitación en su ruta y el dinerito de, otra vez, el billete de los buses urbanos, propicia que muchos viajeros tengan que recurrir a su propio coche o el de familiares y amigos para tomar el AVE o para volver a sus casas. Todo ello con el agravante de que, si tu tren se retrasa unos minutos, te quedas plantado, esperando el bus siguiente que tarda casi más que el propio viaje a las capitales madrileña o levantina.
En fin, para no extender más estas líneas. Todavía, por lo menos en Cuenca, queda mucho que reclamar. De momento poco se ha avanzado para que el AVE pueda convertirse en un transporte de referencia del pueblo llano. Seguimos insistiendo en la necesaria cohabitación pacífica y complementaria de ferrocarril tradicional y Alta Velocidad.
Poco o nada han resuelto el Gobierno de España y Adif en lo que se refiere a solucionar los problemas del AVE en Cuenca. Ah, no lo olvidemos, una promesa si realizaron. Un aparcamiento para bicicletas en la estación Fernando Zóbel. Muy, muy necesario, seguro. Ni tan siquiera han cumplido con esta más que probada estupidez.
Texto: AGA