Lo tengo escrito en esta columna de opinión. Malo es el agravio, casi peor el escarnio.
Se anuncia una inversión “millonaria” para el mal llamado Plan x Cuenca. Algo mas de 13 millones de euros en seis años, esto es, algo más de 2 millones anuales (Voces de Cuenca).
Con estos cacahuetes pretenden compensarnos a los conquenses por el cierre del tren, una infraestructura física valorada en 1.000 millones de euros.
Por esta calderilla tenemos los conquenses que dar las gracias, 13 millones de euros como la parte que nos corresponde de los 24.000 millones disponibles para inversiones en ferrocarril en nuestro país. Un 0.05 por ciento del presupuesto total. La insignificancia y marginación de Cuenca puesta en cifras.
Malo que se haga (el agravio), escarnece que se anuncie.
En computo anual, los dos millones largos son una pequeña parte del presupuesto que, tanto la administración central como la autonómica se ahorran por no financiar ya una parte del coste (como servicio público que es o debería ser) de la línea que han cerrado.
Seis largos años, lo he tenido que leer dos veces, para gastar una exigua cantidad. Ni el loro va a tener su chocolate.
En su cómputo total, no llega la cantidad a lo gastado en la estación del Ave en Albacete (48 millones de euros), esta sí en el centro, sin malos olores y con centro comercial.
Y sí, vuelvo a tener la misma sensación de vivir en Cuenca en una realidad paralela, oscura y sin futuro, en un país y una región que escriben el suyo, o lo intentan al menos, con orgullo y ambición.