Enología, el viento, el mar. Mar Mediterráneo…: Tengo el Mediterráneo bordado en los huesos y los días de marea alta… Un manto de mar/ que me calme esta maldita fiebre… El mar, el consuelo, el movimiento, la transformación, la vida misma; el mar para surcarlo, para abrir estelas infinitas que se esfuman… El mar para viajar… Nos dice Belén: He viajado mucho, he estudiado mucho, he amado mucho y me siento a gusto en la vida que he elegido. Nací en la isla de Ibiza y a los dieciocho años me fui a vivir a Barcelona. Allí estudié… Fiolología, Psicología… He vivido en Portugal, Marruecos, Brasil e India y ahora, visto en perspectiva, sé que esas vivencias son mis más preciadas carreras. En el instituto donde trabajo acompaño a mis alumnos a que su amor por las letras crezca… Las letras, las humanidades desde hace tiempo siempre en cuestión.
El viaje es una traslación en el espacio; pero, sobre todo, es búsqueda, experiencia, vivir intensamente lo nuevo, anhelo nunca saciado, búsqueda del paraíso perdido. Volar, andar, investigar, soñar,… El verdadero viaje es evolución, huir de las tinieblas a la luz, como el peregrinar, viajar al centro de nosotros mismos, salir del laberinto. La secta turca de los kalenderi impone a sus miembros viajar constantemente. Viaje a los infiernos, viaje al interior de la Tierra, viaje del alma, viaje nocturno por el mar, viaje de Ulises, viaje de Gilgamesh; viaje de Magallanes y Elcano (1519-1522), primera vuelta al mundo, la Tierra es redonda, la globalización …Viaje al espacio,… viaje hacia uno mismo… Conócete a ti mismo, reza en el frontón de oráculo de Delfos. El verdadero viaje es el del hombre que quiere transformar el mundo con sus acciones, lo mismo que el artista o el poeta, busca la transfiguración del mundo a través del arte, como Rilke o como Hölderlin, capaz de seguir su vocación hasta la locura. En el viaje buscamos lo que se considera más precioso, algo que dé sentido a la vida y que compense todas las miserias. La vida se convierte en la primera y la más grande de las artes para llegar a la auténtica perfección, empezando por el perfeccionamiento de uno mismo. Baudelaire creía que no hay nada más precioso en el mundo que el espíritu poético y la caballería de los sentimientos; el poeta y el artista dan forma a la belleza en la vida humana como el escultor en la materia con la que esculpe o como el músico con los sonidos. Belleza buscada en la oscuridad, belleza “vengativa”, expresada con elegancia por el “poeta maldito”, padre de la poesía moderna; Baudelaire del que celebramos doscientos años de su nacimiento. Tzvetan Todorov nos invita a ser artistas de lo cotidiano, descubriendo el sentido de la vida en la vida misma, haciendo bella la vida común, sabiendo que el absoluto se encuentra en nosotros mismos y que se debe construir en todo momento.
Algunas noches llego a casa,
enciendo el fuego y acaricio los gatos,
descorcho una botella de vino,
te ofrezco una copa y conversamos.
Te hablo de la niebla de la mañana
que envolvía los almendros
y del sol que se desperezaba furiosamente
y me cantaba boleros de camino al trabajo…
Presiento entre los olivos la mirada vigilante de Atenea y la lechuza acompañando las noches; esas noches de insomnio en que me abrazo a las almohadas, llueve en las uralitas, el ruido de algún grifo; imagino el vestido de ninfa flotando en el aljibe y a Dios tocando fondo…
La vida, el viaje, en continuo renacer… Dice Cervantes que don Quijote salió al camino, sin dar parte a persona alguna de su intención y sin que nadie lo viese, una mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de Julio, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, … El Quijote, (Cap. II – I).
Enología de los vientos de Belén Lizán es un poema de amor. La literatura, la poesía y el arte dignifican la vida. Nacemos sin caminos, sin horizontes, sin Odisea y tenemos la obligación de hacernos un mundo de amor y de belleza, según Nietzsche. ¿Es el amor una forma de locura? No ha habido nunca un genio sin mezcla de demencia decía Aristóteles. La razón sólo es necesaria en la medida que sirve para sostener la vida y ésta ha de ser mezcla de razón y sinrazón, ley y desorden. El arte, la literatura, la poesía son necesarios para sostener la vida y dignificarla, para movernos entre la relatividad sin descanso que es la vida humana. Cioran asegura que sin una fuerte dosis de demencia no hay iniciativa ni gesto… Sólo el loco que hay en nosotros puede llevarnos a la aventura… Quizás la realidad, como la poesía, sea lo que es y lo que no es y lo que no podrá ser jamás, siguiendo a María Zambrano. Quizás la realidad sea el producto de nuestros sueños y de nuestras pesadillas. Confesión: Madre,/ yo solo me he sentido cuerda/ en una guitarra de locura.
Amor, misterioso descubrimiento del otro a quien darse buscando la plenitud de la unión y salir de sí para encontrarse con el otro. El amor lleva al éxtasis, a la fuerza creadora, al gozo, al deseo, a la destrucción de las barreras del tiempo, a la contemplación y a la unión de los cuerpos, pero también a la soledad de la ausencia. Porque muchas veces el amor es distancia, ausencia, equívoco e inalcanzable. Posiblemente el amor sin distancia no sería amor.
Apenas nos hemos despedido,
veo tus espaldas,
respiración agitada,
huir como es costumbre,
todo el amor apretujado
en una bolsa de naranjas,
todo,
lo que no nos dimos asustado en la nuca,
todo,
como una mosca de excursión por la tela de araña.
Porque es fuerte el amor como la muerte leemos en el Cantar de los Cantares. En el amor nos jugamos la vida. Por eso el amor está al filo de la vida y de la muerte.
Al norte se perfila la silueta del cementerio. Resuenan en mi mente unas palabras que muchas veces me repito: cuando llega la muerte desato mi pelo para que me posea, las mujeres de casta son fieles como perros. ¿Cómo pude escribir esas palabras?, ¿de dónde surgieron?... Del silencio del amor, del silencio de la muerte, del luto del mundo, del silencio del cementerio…; lugar que tanto visito buscando nombres y fechas… A la sombra de un olivo, la sepultura de Dolores con la fecha de 1929; más allá Marcelina a la que encontré hace unos meses, y sigo buscando a D. Salvador,… Los tres separados en el cementerio. ¿Qué fue de sus amores?... Hölderlin escribió que juntos están los que más se aman en las montañas más separadas... En el cementerio, la muerte lamiendo las suelas de zapatos y entre ella sigo buscando las huellas del amor… La fecha de 1936 siempre me hace detener, en la tumba donde yace D. Félix, del que decía mi padre, que era un niño, que un día de ese año lo vio vestido de hombre… y nunca más lo volvió a ver. Ahora, en mí, los ojos de mi padre…
El amor puede ser lo más alto, pero también devorador y abrasador. El amor trasciende siempre, entre el futuro y la eternidad, descubre la realidad de las cosas, el no ser y la nada, los infiernos, el abismo y el silencio. Amar es un aprendizaje para la muerte. Lo que más nos une al ser amado no es el placer sino la sacudida del dolor y éste nos lleva a la verdad y a la muerte. En La batalla de la carne, si no eres quemadura/ te apartaré de mi piel a manotazos./ Cuando me quedo a solas / acaricio el perfil de mis cicatrices… Míramé en la batalla de la carne/… me entrego al placer de una herida nueva. / Nueva llaga. Larga vida. El amor y la muerte nos dan vértigo porque nos elevan por encima de nosotros mismos; uno y otra fuerzan el marco de la existencia hasta estallar, desintegrándonos y fortificándonos; nos arruinan por su plenitud, dilatación y orgullo, y trascienden el hombre que hay en nosotros. Con el amor aprendemos a morir.
-No corre por ti esa razón –respondió Leonela-, porque el amor, según he oído decir, unas veces vuela, y otras anda; con éste corre y con aquél va despacio; a unos entibia, y a otros abrasa; a unos hiere, y a otros mata; en un mesmo punto comienza la carrera de sus deseos, y en aquel mesmo punto la acaba y concluye; por la mañana suele poner el cerco a una fortaleza, y a la noche la tiene rendida, porque no hay fuerza que le resista.
- El Quijote, (cap. XXXIV-I)-
Me detengo en los olivos de la Viña Fauso; debajo de mis párpados, la imagen del Nacimiento de Venus del Trono Ludovisi. Cómo me conmovió encontrarme con ella en el Museo Nacional Romano en enero de 2020… Venus, la diosa del amor, esculpida en mármol hacia el 460 a.C., saliendo del baño, del mar o de la tierra, las Horas la acompañan; una mujer ataviada con manto preparando ofrendas (amor espiritual), otra desnuda tocando el aulos o flauta doble (amor físico). Obra que responde al Estilo Severo que antecede al Clasicismo. La obra de arte es siempre fruto de su momento histórico; en ése Atenas instaura la democracia, se desarrollan nuevos valores cívicos como la responsabilidad, la reflexión o el dominio de las pasiones y las emociones, el ethos; y una estética nueva más libre intenta imitar a la naturaleza, mímesis, cuyo protagonista es el ser humano.
El nacimiento de Venus, S. Botticelli (Florencia, 1445-1510), en la Galería Uffizi, obra revolucionaria, ejemplo de del humanismo renacentista, su significado está relacionado con el neoplatonismo formulado por Marsilio Ficino. Parece que la obra estaba dedicada a glosar el amor imposible que sentía Guiliano de Médici por la bella Simonetta Vespucci, mujer que podía ser el ejemplo que ensalzaba Petrarca, en quien confluían belleza y cualidades morales; amor magnificado por la leyenda de la muerte de los amantes en plena juventud. Botticelli con estilo refinado, gusto burgués por el detalle, suavizado por un clasicismo que siempre pervivió en Italia, nos dejó una obra revolucionaria, gran formato, denudo, tema mitológico… Tema tomado posiblemente de unos versos de la obra Stanze de Poliziano (1454-1494), humanista, poeta y filólogo, y que estaban dedicados a Guiliano y Simonetta: En el seno del tempestuoso Egeo/ se ve a Tetis con el abultado vientre… errar por las ondas en blanca espuma envuelta/ y dentro nacida con movimientos delicados y alegres/ una doncella con rostro no humano/ De céfiros lascivos empujada hasta la orilla… La Venus de Urbino de Tiziano, Venus del espejo de Velázquez…
Macarena Ramírez, ante un decorado que recordaba el nacimiento de Venus,... nos dejó muestra de su talento, creatividad y esfuerzo, y se convirtió la noche del pasado 7 de junio en la "mejor bailarina de nuestro país" después de superar las pruebas de meses en el concurso “The Dancer” y un casting de más de 1200 aspirantes. El mito continúa…
El sentimiento amoroso, el mito, aparece en todas las sociedades y en todas las épocas. Hasta llegar al encuentro los amantes han de afrontar trabajos y penalidades siempre siguiendo esa atracción o magnetismo secreto y poderoso. Porque el territorio del amor está imantado por el encuentro de dos personas. El misterio del amor puede convertirse en un modo de vida, lo que significa un arte de vivir y de morir, con una ética y una estética, lo que podríamos denominar una cortesía. Según Octavio Paz la cortesía no está al alcance de todos: es un saber y una práctica. Es un privilegio de lo que podría llamarse una aristocracia del corazón. No una aristocracia fundada en la sangre y los privilegios de la herencia sino en ciertas cualidades del espíritu. La cortesía es una escuela de sensibilidad y desinterés. Es un saber de los sentidos y del alma, una sensualidad refinada. Este tipo de amor se encuentra en Occidente, en el mundo islámico, en la India y en el Extremo Oriente. Donde aparece una cultura cortesana florece una filosofía del amor.
Escribe Belén Lizán:
Amor mío,
nos encontramos un verano
que presumía de luna nueva todas las noches
y saboreamos cada rincón del otro
con ansia de volcán recién nacido,
despeinados,
vestidos con estrellas de mar
y el miedo…
Nos encontramos un verano
de tacones clavados en la arena y
sandías abiertas en el pecho,
…
un verano de versos plateados como diadema de diosa.
Venus o Afrodita nacida de los genitales de Urano, cortados por su hijo Satrurno y arrojados al mar…Una Venus pudorosa transportada hasta la playa de Paphos, en Chipre, por Céfiro, dios del viento del oeste, y acogida por las Horas, diosa de las estaciones… que ciñe su cintura con una guirnalda de mirto, símbolo del “amor eterno”…
Céfiro, el viento,… nos transporta al Cantábrico, a la playa de Ondarreta de San Sebastián, donde Eduardo Chillida creó un espacio de preguntas: El Peine del Viento (1976). El horizonte, el mar, las olas, la roca, el viento, el acero,… poetas, pescadores, artistas, amantes,… Para Eduardo Chillida, balcón, hogar, patria, “observatorio íntimo”… compartido con Pilar Bermúdez durante tantos años… Un espacio artístico habitado que desde joven quiso transformar… Porque sabía que ese lugar tenía “un carácter oculto, una voluntad de ser”…
Seguimos con Enología del viento… Siento que avanzo sobre un manto de olivos, mientras un eco de oboes y repiques va lamiendo la tarde peinada por el viento…
Amparo Ruiz Luján. Puebla del Salvador, 10 de junio de 2021