La Opinión de Cuenca

Magazine semanal de análisis y opinión

Belleza y heroísmo contra las alambradas (III)


Desde el origen, la elegancia en Grecia se opone al lujo asiático que mezclaba la suntuosidad con la superabundancia. Para los griegos la elegancia surgió del excavar, del hueco, como el de las naves o las cuevas; significando limpieza, superficie excavada y pulimentada. La elegancia se conseguía reduciendo material, como quitando virutas; así las estatuas griegas aparecían nítidas como excavadas en el aire. En el vestir, los peplos sin costuras estaban sostenidos por una simple hebilla en el hombro, por el que se transparenta el cuerpo; se cubre los que debe estar tapado y gran parte del vestido ondea al viento: la singularidad griega. Glaphyría, elegancia, se encontraría también en la palabra, en el interior de la mente y en las demostraciones matemáticas que defendía Giamblico de Calcide (250 d.C ).

Estos días no podemos dejar de atender a lo que pasa en Etiopía. Abiy Ahmed, Premio Nobel de la Paz 2019, convenció al mundo por su talante democrático y su programa de reformas  para Etiopía; pero ha conducido al país desde noviembre de 2020 a un conflicto contra el Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF),  ordenando al ejército invadir la región del norte del país mediante el uso de la fuerza. De la idea de una guerra rápida se ha pasado a una extensión del conflicto con consecuencias imprevisibles que amenazan también a la vecina Eritrea. El bloqueo de Tigray y los combates entre ambos bandos han provocado que la ayuda humanitaria no pudiera llegar a la población, provocando una grave crisis humanitaria y una situación de hambruna que afecta a millones de personas.  Las naciones africanas y occidentales han pedido un alto al fuego inmediato debido a los crecientes ataques a la población civil que incluyen violaciones y abusos, asesinatos y ejecuciones extrajudiciales, torturas, violencia sexual y de género, atropellos contra los refugiados y desplazamiento forzado de civiles. A todo esto tenemos que sumar la pandemia de Covid-19, las crisis vecinas en Sudán y Sudán del Sur, la tensión con Eritrea y el conflicto en Somalia,… y a presencia de grupos yihadistas. Toda la región del Cuerno de África está en alerta.

En el libro “Sobre el pitagorismo”, que también trata sobre el vegetarianismo y la necesidad de respetar a los animales, Giamblico de Calcide escribió: Se dice que Pitágoras fue el primero en llamarse a sí mismo «filósofo», no sólo inaugurando un nuevo nombre, sino también enseñando de antemano y de forma útil su significado. De hecho -dijo- los hombres acceden a la vida como lo hace la multitud en los festivales nacionales […]: algunos, de hecho, son llevados por el deseo de riqueza y lujo, otros, en cambio, son dominados por la lujuria por la autoridad y el mando, así como por locas rivalidades. Pero la forma más pura de ser hombre es la que admite la contemplación de las cosas más bellas, y este es el hombre que Pitágoras llama «filósofo».

 Seguimos con la degradación de la vida parlamentaria,  la estrategia de crispación, odio y desprecio al otro, la ciudadanía zaherida, hablando de “comisiones de verdad” en el mundo de la “postverdad”, donde parece que avanza la sombra de los “ángeles caídos”. Los gurús de la ignorancia siguen con el cacareo banal, repetitivo, voces de palabras mal dichas; se premian el “no esfuerzo” y la mediocridad, la vulgaridad, la estridencia, el sectarismo, lo histriónico, el “festorrín” de turno, la superficialidad, el “feísmo” sin complejos, la utilidad hasta en las emociones más íntimas, ritualismos del engaño con la copia y la imitación, el hacer por hacer sin significado del Homo agitatus designado por Jorge Freire, la ansiedad de continuo autoengaño,  heroísmo de salón y de despacho, la cultura de las subvenciones y el amiguismo… : la inelegancia.

Pese a todo, en esta España de cuarenta y siete millones de habitantes late la esperanza; una esperanza alimentada por la creencia en la democracia, que huye de las agitaciones banales, que no se rinde ante los profetas populistas y belicosos; que cree en el trabajo heredado de la cultura y de la ciencia a través de la historia, de la que  nutrirse para que emerja la creatividad de genios excepcionales y abran caminos de esperanza y verdad,… pese a que no estén a la altura la clase política. Pero hay que saber reconocer a los “verdaderos genios” que son “destellos contra la idiotez”,  que atienden a la razón y especialmente al corazón… Seguimos acudiendo a Cervantes: saber sentir es saber decir… En la herencia no todo es amable, pero en la aceptación, el diálogo y el respeto podemos soñar con la construcción de un horizonte de dignidad y libertad del ser humano. Nada es fácil, tampoco la belleza, que es “algo raro y difícil”, pero la tarea de ser humano también es fruto del Esfuerzo y de la Voluntad de “querer ser”.

—La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres4. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recibidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!

-El Quijote, Cap. LVIII – II

Por la radio me entero que ha muerto Almudena Grandes (1960-2021); de su novela Te llamaré viernes, compleja historia de amor en un mundo de desamor, me quedo con esta frase: “las princesas son princesas porque no son de nadie”… Suena la canción La belleza de Luis Eduardo Aute, leo un poema de Cristina Peri Rossi,  Premio Cervantes 2021. Busco en el ordenador obras de Javier Vilató Ruiz (1921-1999), sobrino de Picasso, y me encuentro con un mundo atravesado por el expresionismo y por un cubismo de curvas. Música, palabra y pintura… Sin buscarlo, me aparece la imagen de un jardín zen y la frase: escucha con los ojos y mira con los oídos. No es amable la verdad que transmiten la fotografías de Gervasio Sánchez en su libro sobre conflictos armados; duele la verdad de esas vidas minadas, de niños de la guerra, de mujeres que siguen buscando a sus hombres desaparecidos y luchan contra el olvido… ¿belleza-lealtad?...

El bosque primigenio de Bialowieza es resto de lo que pudo ser el antiguo bosque europeo y está situado en la frontera entre Polonia y Bielorrusia;  Reserva de la Biosfera y Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1979,  constituye un espacio virgen donde parece que el tiempo se ha detenido ofreciendo una estampa de lo que podría ser un bosque hace unos 9.000 años y que no ha sido alterado por el hombre. Abetos, robles y fresnos alcanzan más de 40 m de altura; se encuentran unas 20.000 especies animales, siendo el único punto del planeta en el que viven en libertad bisontes europeos. Hoy este bosque está en peligro por un proyecto de tala de árboles debido al Gobierno de Polonia y existe un muro que impide a los animales moverse libremente…

En la frontera entre Polonia y Bielorrusia, muros para los animales, alambradas para los hombres…

¿Qué guarda el bosque primigenio de Bialowieza? Tras la lectura de Claros del bosque de María Zambrano, Premio Cervantes 1988, creo haber percibido que en los claros o en la espesura de los bosques puede haber palabras furtivas, inasibles, como aleteos del sentido que balbucea; palabras de verdad que no pueden ser entendidas ni descifradas y por eso no serán olvidadas; palabras abrigadas por el silencio, que quedan en el aire modelando el silencio del abismo… ¿En el bosque estarán atrapadas las palabras primigenias de dolor y de belleza? El dolor y la belleza nos paralizan y nos enmudecen. Y la palabra no dicha vive eternamente, se ha unido a los seres que solo se dan a entender al morir. Quizás el bosque custodie la palabra que todo lo trasciende y que pocos pueden escuchar y pronunciar…

Heroísmo y belleza están heridos en las alambradas. Hombres y mujeres entre la esperanza y la desesperación… armas de guerra. Sobre la mesa de trabajo tengo  Afghanistan conteso. Il sogno del ritorno y Un coraggioso faticare avanti, libros que recogen una muestra del trabajo fotográfico de Pia Ranzato. ¿Habrá encontrado Pia la belleza?... Me detengo ante la fotografía de una mujer de Nepal donde veo emanar una belleza antigua, la comparo con la imagen de Atenea Niké atándose la sandalia. No es Atenea, pero quizás sí… Es posible que Atenea se haya disfrazado de una hermosa Vendedora de manzanas.  


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