La del alba sería cuando don Quijote salió de la venta tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo. (Cap. IV- I) ,El Quijote.
El alborear es impreciso y constante es la vida del hombre que sueña con construir y explorar nuevas perspectivas y lenguajes infinitos para elevarnos más allá de lo que llamamos realidad. Quizás la única realidad sea la irrealidad. Según Cioran, la irrealidad es la única que hace la existencia tolerable. La realidad es un misterio que hay que inventar. El misterio nos llevan a emprender el camino.
Alicia, con La Opinión de Cuenca, ha iniciado un camino para la información, la opinión, el diálogo, la reflexión y la colaboración. ¡Enhorabuena! Gracias por tu generosidad y por tu confianza. En todos los comienzos habita una fuerza mágica que nos protege y nos ayuda a vivir - Hermann Hesse-
Amanece en la Manchuela. En Puebla del Salvador emprendo el camino de las aliagas.
Cualquier tiempo pasado no fue mejor, pero pienso que es tiempo de hipócritas, falsos virtuosos, sociedad infantilizada sin profundidad ni pudor. Hago mías las palabras de Javier Marías: Es difícil contar el dolor, porque el dolor es incontable… porque se siente pudor. Ahora hay conceptos como pudor, discreción, sobriedad, que parte de la sociedad ni siquiera los entienden… Todo el mundo quiere ser víctima, real o inventada,… pertenecer a una minoría oprimida. Nadie acepta una opinión que le contraríe. Tiempo de desprecio, malos modos, optimismo naíf, victimismo infantil, narcisismo, cultura de la queja permanente, individualismo extremo, endiosamiento feroz, pérdida de los valores trascendentes. El victimismo nos hace irresponsables y ser víctimas de alguien. Es la oportunidad de los “chamanes” y embaucadores, emprendedores políticos del victimismo, como nos intenta demostrar Víctor Lapuente en su Decálogo del buen ciudadano. Por lo que hace una llamada a la responsabilidad y a abrazar la incertidumbre. La cultura del victimismo incita al odio, nos hace egoístas, nos impulsa a abandonar las convenciones sociales y entregarnos al egoísmo. Lapuente nos invita a cultivar las siete virtudes capitales: coraje, templanza, prudencia, justicia, amor, fe y esperanza; heredadas de Roma y del Cristianismo. En tiempo de sacralización de la política, hemos abandonado la religión que une, (Dios o Patria), para ser creyentes de la religión partidista de ideologías sacras que nos divide.
En el camino de las aliagas avanzo por un paisaje de viñas, almendros, olivares, matas, carrascas, retamas, romeros y aliagas. Una terraza cuaternaria de conglomerados, calizas, arcillas y margas me lleva a pensar en la historia geológica, en los ciclos de erosión modulando el relieve y en la acción humana, factores de la transformación del paisaje. Me detengo y fotografío las aliagas.
… en los campos de pedregales calcinados solo se arrastra la aulaga. ¡Pobre aulaga!... La aulaga es un esqueleto de planta, toda ella de espinas, sin hojas, pero con flores en la primavera… -M. de Unamuno-
La aliaga (Genista scorpius), arbusto con espinas punzantes, hojas escasas y sedosas por el envés. Flores amarillas que se agrupan en haces, cáliz bilabiado y corola amariposada. Planta endémica de la región mediterránea occidental y del norte de África. Crece en suelos calcáreo o margoso, en laderas secas y soleadas, propia de la degradación del encinar, resistente a la sequía y al frío, arde con rapidez, rebrota con facilidad y coloniza los campos abandonados. Planta con propiedades curativas y semillas tóxicas. Su uso ha sido muy común para encender el fuego, para chuscarrar el cerdo en la matanza, filtro en la elaboración del vino, eficaz para la limpieza de chimeneas y en la construcción de adobes. Apreciados son los garrotes de aliaga y la miel. También tiene esta planta interés ecológico por el contenido de unas bacterias que fijan el nitrógeno atmosférico. Los celtas veían en las aliagas al sol porque los rayos vencían al invierno. En el cristianismo las espinas pueden simbolizar el pecado y aparecen en las escenas de la crucifixión.
La aliaga, del mozárabe alyiláqa; Genista scorpius, del latín, hierba común y escorpión.
La aliaga…, humilde, resistente, discreta, adusta, útil, peligrosa, fulgurante, áspera y bella…
... nadie
hubiera dejado de mirarla al pasar:
su cuerpo era perfecto entre tanta pobreza.
Era hermosa a pesar de todo.
- Terencio (190-159 a. C.) -
Caminar para meditar sobre la ferocidad del tiempo, para sentirse errante, transeúnte de todo y de nada; para hacer de lo efímero un asidero (el viaje de las nubes, los colores, las sombras, el vuelo de los pájaros). Caminar como forma de nostalgia, vagar sin raíces, desnudarse ante las sensaciones, vagabundear hacia el enigma del origen. Caminar es una manera de estar, de ausentarse, de alejarse, de profundizar en uno mismo, de ser nómada… Reflexión, memoria, huída hacia la ensoñación. Camino en silencio leyendo el paisaje.
Regreso a la casa por el camino de las aliagas. Como Kafka, he avanzado un buen trecho a pie, solo y no lo suficientemente solo, por valles desiertos y no lo suficientemente desiertos.
Sobre el escritorio: El paseo de Robert Walser, Todo se arregla caminando de César Antonio Molina, Elogio del caminar de David Le Breton y Las ensoñaciones del paseante solitario de J.J. Rousseau. En El caminante y su sombra de F. Nietzsche subrayo: No hay que tratar de vencer cuando solo se tiene la posibilidad de ganar por un minuto al contrario. La auténtica victoria debe dejar en buen estado de ánimo al vencido y tener algo de divino que evite la humillación. …
Y escucho las noticias del día…