Continúo donde lo deje en la anterior entrega, en los siguientes términos:
Y por eso, los promotores de un experimento de vida salvaje (“rewilding”) han elegido Cuenca afirmando: “Hemos escogido esta zona porque, siendo muy grande y deshabitada, a futuro puede convertirse en un espacio natural de primer orden. Seguramente fuera de Escandinavia no hay en Europa un área con una densidad de población tan pequeña".
Los conquenses llevamos muchos años sin querer asumir o reconocer la anterior evidencia, menos aún las administraciones que, ni han asumido la realidad ni han hecho nada significativo por enmendarla.
A través de la asociación de la serranía celtibérica (Teruel), dieron la voz de alarma hace ya casi diez años, con poco o ningún eco en esta Cuenca perdida en su laberinto.
Y es de ese trabajo que nació la demanda, para las provincias de Soria, Teruel y Cuenca, del estatus de territorios de escasa población en el marco de la política de cohesión de la Unión Europea.
Camino largo que nos ha llevado a este momento, en el que son noticia habitual las llamadas “ayudas al funcionamiento”, que se concretan en disminución de los costes laborales para empresas y autónomos.
Tal como yo lo veo, no estamos ante la solución el descomunal problema de despoblación que padecemos, por el mero hecho de la desproporción entre la gravedad del mismo y lo limitado de la respuesta, más bien estamos ante su reconocimiento oficial.
Oficialmente, en Cuenca estamos al nivel de Laponia, toda vez que este territorio del norte de Europa es tributario desde hace años a las mismas “ayudas al funcionamiento”, y por idéntico motivo de grave despoblación.
Forma parte del agravio, que ya he mencionado en anteriores artículos, que sea en Albacete que se vaya a celebrar el congreso nacional sobre despoblación, noticia acompañada con el incremento de población que ha tenido esta provincia al hilo de los cuarenta años de autonomía que, para Cuenca, han supuesto el definitivo derrumbe social y económico, ese que nos ha llevado al nivel de Laponia, pero con menos frio.
Señalemos ahora otra realidad que haremos lo posible en esta Cuenca dormida por no reconocer ni asumir.
Laponia es un territorio geográficamente, climatológicamente, históricamente despoblado e inhabitado. Cuenca es un territorio de geografía central en España, y de historia larga y relevante.
Alguien tendrá que dar cuenta de que ambos territorios hayan terminado en el mismo saco.