Amanece en Puebla del Salvador. Un manto blanco cubre los tejados y El Altuñón… Hay que esperar el mediodía para ir al Camino de las aliagas. Ha helado, hay cencellada o escarcha… Es frecuente confundir estos fenómenos, por lo que consulto la obra Preguntas al aire del José Miguel Viñas, conocido físico del aire, comunicador científico y especialista en Meteorología.
La cencellada es un hidrometeoro de hielo sobre una superficie sólida debido al congelamiento de las gotas de agua de un banco de niebla. Sus subtipos son la cencellada blanca y la cencellada dura. La cencellada blanca tiene formaciones parecidas a plumas y agujas de hielo suave de color, cristales muy pequeño s y brillantes separados por aire, parecidas a las de la nieve húmeda. La cencellada dura es la formación de un hielo duro y opaco, se adhiere fuertemente a la superficie y se da cuando las temperaturas son muy bajas, entre -3ºC a -9ºC; la encontramos en árboles, postes de la luz, en antenas, en alambradas,… Muchas veces este fenómeno se combina con el de la escarcha, la cual no necesita niebla para su formación, tan solo el vapor de agua que hay en el aire que se condensa; aparece sobre la hierba, hojas, en arbustos cerca del suelo, debido a la evapotranspiración, formando delicadas estructuras parecidas a la cencellada blanca. La helada es la congelación del agua líquida sobre una superficie, charco, agua sobre el suelo, en un cubo, reguera, canalón… superficie de una fuente, de un río,… formando costras resbaladizas.
Los días de Enero están inundados de sol y frío. Un potente anticiclón se ha instalado en nuestras latitudes, de tal forma que impide la llegada de las borrascas y frentes a la Península Ibérica. Días secos, soleados y fríos. Días que me transportan a la infancia, a cómo nos abrigaba madre, las camisetas, los abrigos marrones o de cuadros, los zapatos abotinados, las manoplas, el frío del agua de la palangana, la toca y el chal de la abuela, la lumbre, el tazón de malta o Cola Cao, la leche de los americanos… las ascuas, el chisporrotear de la lumbre, la leña para la estufa…, el sonido de cascos de las mulas por la calle, la preciosa voz de mi padre, los ojos de mi madre contemplando la lumbre…, las mantas, los capotes… los gorriones ateridos en los hilos del tendido eléctrico… Este año no ha llegado Filomena… Pero recuerdo a la siempre sonriente telefonista Filomena, a José y a Carmen…, las esperas en el locutorio. Aquellos años de 1960…
Miro la fotografía de F. Kafka (1883-1924) que tengo en un lugar destacado; junto a ella, otra en la que aparece un grupo de catorce mujeres y niñas en el taller de Corte y Confección de Minglanilla fechada el 21 de febrero de 1917; la profesora Dolores García Tendero, junto al maniquí de pruebas…; la abuela Dolores falleció en 1929, a los treinta años de edad,... Franz y Dolores, en mi casa… un milagro de la fotografía.
Cuando llevé a Kafka una serie de fotografías le dije de buen humor: Por un par de coronas uno puede hacerse fotografiar desde todos los ángulos. Este aparato es un Conócete a ti mismo mecánico. Un Desconócete a ti mismo, querrás decir –dijo Kafka-. ¡La cámara no miente!, le repliqué. Kafka inclinando la cabeza aseveró: La fotografía concentra nuestra mirada en la superficie. Por esa razón enturbia la vida oculta que trasluce a través de los contornos de las cosas como un juego de luces y sombras. Eso no se puede captar siquiera con las lentes más penetrantes. Hay que buscarlo a tientas con el sentimiento. Esa cámara automática no multiplica los ojos de los hombres sino que se limita a brindar una versión fantásticamente simplificada del ojo de una mosca. -Gustav Janouch (1903-1968), Conversaciones con Kafka-.
La mañana avanza con una dulce nostalgia. ¿Fui una niña feliz?... Fui una niña,… ¿soy una niña?... No sé… Una vez escuché que solamente las gentes sencillas son las únicas que no buscan la felicidad, pero la ignorancia tampoco es felicidad… Mi madre decía con frecuencia que su época más feliz fue aquella que pasamos en Can Rich, y así parece reflejarse en una fotografía de 1969.
Paseábamos por Praga como todas las tardes. De pronto Kafka nos dijo:
-La juventud es feliz porque posee la capacidad de ver la belleza. Es al perder esta capacidad cuando comienza el penoso envejecimiento, la decadencia, la infelicidad.
-¿Entonces, la vejez -preguntó Janouch deteniéndose- excluye toda posibilidad de felicidad?
-No. La felicidad excluye a la vejez.-Kafka inclinó sonriente la cabeza hacia delante, como si quisiera esconderla entre los hombros encogidos.-Quien conserva la capacidad de ver la belleza no envejece.
Yo tomé este cuadernito que siempre llevo conmigo (casi el mismo que llevaba Eckermann con Goethe y Boswell con Samuel Johnson, este pequeño cuadernito de tapas rojas y páginas diminutas) y ahí anoté todo. Así llegamos, muy despacio y charlando, hasta la esquina del Palacio Schönborn de Praga. Gustav Janouch ( 1903 - 1968), poeta y musicólogo,… y amigo de Franz Kafka, escribió Conversaciones con Kafka, libro basado en su amistad y en los recuerdos; se conocieron en 1920, Janouch tenía 16 años y Kafka, 37, y fue la principal referencia moral de su existencia.
Hace unos días que he recibido ¿Este es Kafcka? 99 hallazgos (Acantilado, 2016) de su biógrafo Reiner Stach. El libro, de unas 2.400páginas, reúne un centenar de fragmentos de la obra del escritor checo para mostrarnos su cara más humana que contrasta con el epítome de lo trágico, absurdo, de fatalismo, melancolía, culpa existencial, críptico, huraño, inquietante, neurótico,… Podemos decir que esta publicación viene a ser la culminación, tras los análisis de Ignacio Echevarría, de Elías Canetti y de Benjamin Balint, Hans-Gerd Koch, Wagenbach, Binder, de una obra monumental y exhaustiva a la que Stach ha dedicado unos veinte años. El autor muestra a un Kafka amable, con don de gentes, bromista, amante de la cerveza y de los cabarets, lector de novelas de indios, con pánico a los ratones, conversador, naturista, contrario a las vacunas, planeador de escribir guías de Praga para viajar barato; se asustaba de las lágrimas porque no las comprendía… Kafka no aceptaba ningún compromiso fuera de la literatura porque su vida era la literatura, que “él mismo estaba en el fondo de la literatura” y defendía escribir como forma de amar…, aunque no hubiera ninguna salvación quiero ser digna de ella en cualquier momento, esa era su fe. Amaba a Praga pero también en ella se sentía asfixiado y desde muy joven anhelaba vivir en Berlín; aunque estaba, como escribió Ernst Weis a Max Bord, “arraigado a Praga de una manera trágica”. Stach utiliza técnicas que podríamos denominar cinematográficas, como también Kafka impregnaba sus relatos con tintes escénicos. A partir de 1907 habría en Praga un cine permanente. A Kafka le entusiasmaba ir al cinematógrafo y le encantaban los dibujos animados. La Praga del Modernismo, de asociaciones de artistas, del Cubismo, de avances técnicos para mejorar la vida cotidiana, de auge del comercio y de la industria, de gran actividad constructora, de una burguesía emergente,… Se revolucionan los medios de comunicación y los transportes, teléfono, tranvía, primeros automóviles, centrales eléctricas, en 1894 se alumbra Praga con luz eléctrica. En sus diarios encontramos cómo se asombró con los avances aeronáuticos para ampliar horizontes… Ahora recuerdo al abuelo Saturnino contando su impresión cuando instalaron la primera bombilla en su casa…
Se pregunta Álvaro de la Rica en un artículo qué podemos aprender de Kafka…, e intenta resumirlo así: “el hallazgo íntimo en la existencia de un cortocircuito entre lo que Kafka llamaba la vida, las obligaciones con la familia, la especie… y la literatura entendida como autoconocimiento y contemplación y el deseo incurable de armonía eterna y de bien”. La literatura, ese mundo del demiurgo donde se experimenta la locura, donde se dialoga con lo que está fuera de la vida reglamentada y de la costumbre; mundo al que no quería sujetarse F. Kafka, y que podría explicar su vértigo al compromiso para vivir una vida convencional doméstica al uso; de ahí su empeño en la soltería, a no ser esposo, ni padre, ni hombre con raíces. Su vida, su vocación era la literatura como algo sagrado, él era literatura, con ella entró en la eternidad, y así nos sigue interrogando y desconcertando. Con su obra aparece la “Kafkología” con un sinfín de intelectuales que han intentado desentrañar su legado. Como no soy, ni quiero ni puedo ser otra cosa que literatura, es imposible que mi actividad laboral atraiga mi interés… -Misiva al padre de su prometida Felice Bauer- Pienso que solo deberíamos leer libros de los que muerden y pinchan… de los que rompen nuestra mar congelada…- escrito de 1904-. El lugar para su obra sería la noche, la oscuridad, las tinieblas, el insomnio. En el tiempo en que todos duermen él vuelca su universo como si lo guiase un dios terrible, Contemplación, La condena, La metamorfosis… “Desde que conocí la obra de Kafka mantengo que “soñaba” sus obras, su genio funcionaba al estilo de los sueños, con realismo onírico, con lógica, arquitectura y trama oníricas… como los grandes soñadores de la literatura mundial, como Quevedo a quien admiraba, con un sentido definitivo y simbólico”.- Willy Haas, 1952-
Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontrose en su cama convertido en un monstruoso insecto… ¿Qué me ha sucedido? No soñaba, no… … al terminar el viaje, la hija se levantó… pareció que confirmase los nuevos sueños y sanas intenciones de los padres. –La metamorfosis. Inicio y final. 1912)-
Pasan dos mujeres, a esta hora posiblemente vayan al ambulatorio… Día de consulta y de vacunas… Ayer fui a ver a mi médico, me encontró más o menos igual…,los tres meses no han dejado huella en el pulmón… Él cree que el resultado es algo lamentable… Dice que no he engordado…, que en otoño probará darme inyecciones porque no podría soportarlo… Ante este resultado… me parece que en vez de vivir juntos, tendríamos tranquilamente que acostarnos juntos para morir… para que lo que ocurra sea cerca de ti… Para curarme necesito una peculiar tranquilidad… Ayer pasé otra noche espantosa… Es simplemente el terror, que me deja sin voluntad, que juega conmigo… el temor y yo nos debatimos abrazados noches enteras… Sé que no es mi temor privado, sino también el temor de toda fe desde que existe el mundo… Ahora tengo que irme a la boda de mi hermana… -Cartas a Milena, donde se recoge la correspondencia de un “entero y estremecedor amor epistolar” entre 1920 y 1922 con Milena Jesenská -. Kafka murió en 1924, Milena (1896-1944), veinte años después, en el campo de concentración de Ravensbrück-.
La muerte está tan presente en este pueblo con tantas casa vacías, con una población tan envejecida… Hace unos días enterramos a la tía Tini (1931.2022)…, una hermosa mujer de manos elegantes creadoras de labores bellas… Una mujer interesante. No hay personas poco interesantes, cuando alguien muere nos deja un silencio, una soledad y una oscuridad que no podremos conocer… Su voz, su sed, su dolor,… un gran interrogante en la superficie de un vivir cotidiano convencional…
Sin voz, con sed y con gran dolor, F. Kafka murió el 3 de junio de 1924. Fue enterrado en el Nuevo Cementerio Judío de Strasnice de Praga acompañado por su familia, Dora Diamant, Max Brod,… y sus jóvenes amigos. Lluvia y oraciones hebreas, en el adiós al “solitario, hombre sabio asustado por la vida…, de ternura increíble y una integridad de espíritu tan exenta de compromiso que rozaba los límites de la atrocidad… De árida ironía y la sensible visión de un hombre que contempla el mundo con tan extraordinaria clarividencia que no pudo soportarlo y tuvo que morir…” Una lápida cubista adorna su lugar de descanso y de sus padres; un lugar de peregrinación, un lugar de silencio, un lugar de verdad…
Milena Jesenská escribió en Viena una nota fúnebre para el diario Narodni Listy de Praga donde dice: tímido, retraído, suave y amable, visionario, demasiado sabio para vivir, demasiado débil para luchar, de los que se someten al vencedor y acaban por avergonzarlo. Milena, escritora, periodista y traductora, luchó contra el régimen nazi, como provocación llevaba una estrella amarilla aunque no era judía, fue detenida por la Gestapo en 1939 y recluida en el campo de concentración de Ravensbrück; allí conoció a Margarete Buber-Neumann (1901-1989), juntas defendían que “el espíritu constituye una isla, pequeña pero segura, en el centro mismo de un mar de miseria y desolación”. Milena falleció poco antes de la liberación del campo de concentración. Hace unos días, el 27 de enero, se conmemoró el Día Internacional del Holocausto…
En Puebla del Salvador se celebró la noche de San Antón con una gran hoguera, tradición en la Manchuela, en honor al santo. San Antón, San Antonio Abad o San Antonio Magno (Egipto, 251-356) dejó todas sus posesiones a los veinte años para llevar una vida ascética, dormía en una cueva sepulcral, caminó por el desierto, tuvo muchos seguidores, se considera el fundador del movimiento eremita y se retiró a una absoluta soledad cerca del Mar Rojo. Se cuenta que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos ciegos, Antonio les curó la ceguera y desde entonces la madre no se separó de él para defenderlo del ataque de cualquier animal. Vestido de monje con el hábito negro, la Tau- la cruz egipcia-, con cayado y las Santas Escrituras, acompañado por un cerdo o sufriendo tentaciones, su imagen es venerada en las iglesias Católica, Ortodoxa, Copta y Anglicana. Zurbarán hacia 1660 pintó al santo de forma magistral. San Antonio se vincula a la Orden de los Caballeros Hospitalarios, fundada en el siglo XII. Podemos decir que su festividad, el día 17 de enero, se inicia en el siglo XV. La orden de los antonianos se especializó en la atención y cuidado de enfermos con dolencias contagiosas: peste, lepra, sarna, enfermedades venéreas y sobre todo el ergotismo, llamado también fuego de san Antón, fuego sacro o culebrilla; la grasa de cerdo servía para curar las heridas del mal. Durante la Edad Media había costumbre de dejar cerdos sueltos por las calles para que la gente los alimentara y su carne se destinase a los hospitales; para proteger a estos animales se les colgaba una campanilla en el cuello.
Ascetas, anacoretas, ermitaños, hospitalarios, antonianos, cartujos, camaldulenses, carmelitas descalzos,… Hombres para la soledad, para el silencio… entre la miseria y la desolación…
La noche y el fuego… Y la noche rebasando la noche y el fuego rebasando el fuego…
El fuego está asociado al calor, a la llama solar, a la vida, al calor del cuerpo, a la salud, a energía espiritual, a la transformación, a la reproducción..; con finalidad purificadora y destructora del mal y de las tinieblas. El fuego sugiere el anhelo de destruir el tiempo, así como atravesar el fuego simboliza el ansia de trascender la condición humana. En culturas primitivas se relaciona con el rayo, el relámpago. Antorchas, hogueras, ascuas, se han considerado beneficiosas. En la mitología griega Prometeo es el introductor del fuego, inventor del sacrificio, titán protector de la civilización humana. En Atenas había un altar dedicado a Prometeo del que partía una carrera de antorchas celebrada en su honor. Zeus prohibió a los hombres el fuego y Prometeo decidió robarlo, subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios o de la forja de Hefesto, por lo que consiguió devolverlo a los hombres en el tallo de una cañaheja, planta que arde muy lentamente. Zeus envió un águila para que se comiera el hígado de Prometeo; pero como era inmortal, su hígado volvía a crecer cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día. Este castigo durará para siempre; pero Heracles, hijo de Zeus, que iba de pasó hacia el jardín de las Hespérides, aunque debía llevar un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado. Los dioses y el destino son implacables…
La noche, aparentemente pasiva, dominio del sueño, de los sueños, del inconsciente, del luto o de la muerte, es también es el mundo de la oscuridad y las tinieblas que preceden a la vida, como la simiente que promete el día… ¡Que dure la noche… que dure la noche en que la escoba de una estrella fugaz haya barrido hace tiempo la caída de los ángeles…Que dure la noche en la que la armonía repite su ritmo durante tanto rato, que solo el destino interrumpirá su femenino pestañear… -Vladimir Holan, Una noche con Hamlet. Del libro Profundidad de la noche. Traducción e introducción de Clara Janés-
V. Holan (Praga, 1905-1980) es una de las voces fundamentales de la poesía europea. El poeta se recluyó en su casa de la isla de Kampa, cerró las cortinas, dormía de día y vivía de noche, durante treinta años, desde que el régimen comunista se implantó en Checoslovaquia en 1948 y se le prohibió publicar sus poemas. Poeta hermético, popular, culto, metafísico, claro, preciso y misterioso, locura y lucidez, Su genio fue un fuego creador y destructivo como ser solitario y visionario. Salió de su casa a los setenta y cinco años para ir a un hospital y morir. Este “ángel negro”, poeta de la noche y de las tinieblas, que decía que solo lo que permanece lo fundan los poetas y él permaneció gran parte de su vida entre cuatro paredes, ni fue a recoger sus premios; posiblemente las mayores distancias las recorrió a los seis años de edad cuando caminaba cuatro kilómetros para ir a un convento a recibir clases de latín. Holan, como Kafka, conocía, admiraba y también tradujo obra de Quevedo.
La obra de Holan forma parte de la gran poesía europea del siglo XX, en España será conocido gracias a la traducción de Clara Janés, quien quedó cautivada con la obra Una noche con Hamlet. No sabemos si se rompió el hielo de la noche y el corazón de Holan…En cada libro hay un lugar donde se halla una mujer/a la que querríamos besar/hasta que tuviera en las esquinas de los ojos un eclipse de luna…
Hace años que pude acercarme a la obra de Kafka, en Barcelona amplié mi conocimiento sobre él al encontrarme con el profesor Jordi Llovet poco antes de venirme a Cuenca. Fue una experiencia extraordinaria contactar con la Embajada de la República Checa y traer al IES “Alfonso VIII” la exposición Kafka y Praga; mi viaje a Praga, la compañía de Iva Fric y sus amigos,… la isla de Kampa, la obra de Holan; el conocer personalmente a Clara Janés, el impresionante Museo Arqueológico,… Praga… Praga no te deja. No a nosotros dos. Esta madrecita tiene garras. Hay que acostumbrarse a ella o incendiarla desde dos puntos separados, desde Vysenhrad y desde Hradschin, entonces sería posible liberarse. – Franz Kafka a Pollak (1902)-
La hoguera de San Antón, el fuego de la noche desafiando al hielo del invierno… La noche y el fuego… La noche rebasando la noche y el fuego rebasando el fuego… Todo sumido en las tinieblas de la noche… Posiblemente, “sólo en la oscuridad están los dioses”…
¿Tantas palabras? … ¡La gruta de las palabras! / Sólo el verdadero poeta regresa con su silencio /para encontrar, ya viejo, a un niño que llora… bajo el medio relieve de la luna… - V. Holan-
Tantas palabras… Si yo sólo quería agradecer a todos los que han hecho posible, a la cabeza el alcalde de Puebla del Salvador Jaime Martínez, que pudiéramos reunirnos alrededor de la hoguera, sentir el calor al contemplar el fuego, las ascuas, el rescoldo, comida, bebida,… Reír, añorar, recordar, soñar… Y los niños…
Hay niños… A decir verdad no existen más que ellos… / La pureza del corazón, la evidencia de un milagro / que se nos niega a los adultos, a pesar de nuestro asombro… /… No sé por qué rompen libros y juguetes, / pero solo los niños son eternos / como el canto de la alondra…
-V. Holan, Dolor-