Es en democracias avanzadas donde la sociedad civil, y no solo los gobernantes, se compromete y participa en lo público.
Pues entonces deberemos afirmar que, en Cuenca, la democracia es realmente avanzada. Una y otra vez, la sociedad civil se ha movilizado en Cuenca en demanda de inversiones, oportunidades, futuro.
Lo que ocurre a mi modo de ver es que, así como en democracias avanzadas la sociedad civil enriquece, apoya o complementa la acción de los poderes públicos, en Cuenca se diría que lucha frente a ellos o frente a su desinterés o desatención.
Como provincia de interior, se entiende el carácter periférico de Cuenca en un estado que fue centralizado, pero menos se entiende que lo siga siendo en su Comunidad autónoma en un estado, más que descentralizado, cuasi federal.
Y frente a esa condición cuasi marginal, lucha una y otra vez la sociedad civil conquense, con desigual resultado porque desiguales son los contendientes.
Véanse a los efectos dos ejemplos muy recientes, ambos dos del ámbito ferroviario.
La desatención de Adif para con los horarios y tarifas del Ave en Cuenca ha traído como consecuencia la creación de una asociación de usuarios “afectados”. Gobernantes y sociedad civil deberían caminar en la senda de convertir la alta velocidad en la palanca de desarrollo que puede ser. Por el momento, con intentar parar los golpes en forma de supresión de horarios indispensables ya es suficiente.
Y como el Ave y el ferrocarril convencional no son incompatibles, hablemos ahora del segundo. Con el cartel de “cerrado por obras”, parece claro que tantos años de desatención han llegado a su lógica conclusión.
Y de nuevo la sociedad civil movilizada intenta parar el golpe. Y es así que, haciendo de la necesidad virtud, y ya que la línea por Cuenca no está electrificada, se ha propuesto circularla con trenes propulsados por hidrógeno, al parecer ya probados en Europa.
La alta velocidad debe rendir beneficio en la ciudad, que también lo será para la provincia porque un territorio tan amplio necesita núcleos de población con masa crítica que irradien verdaderamente prosperidad al resto.
El ferrocarril convencional aporta la vertebración territorial, social y económica de la provincia, cuyo desarrollo redundará a su vez en su capital.
La propuesta de trenes con propulsión de hidrógeno tiene por tanto gran interés para el mantenimiento de la línea, sin olvidar que, si estos convoyes pueden circular a 180 Km/h, no serán pocas las inversiones necesarias para que la vía los soporte en todo su trayecto.